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"Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio".
Efesios 6, 16
No exagero al decir que se libra una batalla por nuestras almas. Así ha sido desde el principio.
Antes el demonio actuaba sutilmente entre las sombras, sin ser notado. Ahora no. Ya no le importa que duden de su existencia.
El ataque parece que es frontal contra el Papa y la Iglesia católica. Tienes la impresión de que ha comenzado, y no es un secreto, está a la vista.
El mismo Papa ha pedido reiteradamente oraciones por la Iglesia para protegerla del demonio.
¿La Iglesia atacada?
Puedes pensar que exagero, es natural. Veamos qué tan grave es el asunto. Toma un diario cualquiera y lee las noticias de su portada. Luego navega un rato por las redes sociales.
En la actualidad queman iglesias, literal, arden iglesias, la pornografía está al alcance de un clic en un teclado y abunda en Internet, El ateísmo se esparce como una mancha oscura de aceite sobre el agua y hay grupos que atacan y se burlan de nuestra fe y del Papa Francisco usando todos los medios posibles.
De pronto el demonio ha salpicado al mundo con su odio por nuestra fe, lo nutre hábilmente y se ha magnificado.
Personas, bien entrenadas, enemigos de la iglesia, golpean con descaro nuestra fe usando palabras estudiadas para causar la mayor confusión y daño posible.
Ofenden, señalan y acusan, entre medio del silencio y asombro de muchos católicos que no se animan a defender su fe.
El demonio visible
La bestia, el demonio, ya no se oculta entre las sombras ni disimula. Golpea de frente, arremete sin escrúpulos.
El Papa Francisco, como ningún otro Papa, más de veinte veces ha mencionado al maligno, del que debemos defendernos y proteger nuestra Iglesia católica.
“A esta generación y a muchas otras se les ha hecho creer que el diablo era un mito, una figura, una idea, la idea del mal ¡pero el diablo existe y nosotros debemos combatir contra él! ¡Lo dice San Pablo, no lo digo yo! ¡Lo dice la Palabra de Dios!”.
Recientemente Kiko Argüello lo ha reconocido: “Tenemos una batalla común que librar contra la bestia".
¿Qué vas a hacer?
Tienes dos opciones, mirar pasivo mientras todo ocurre o defenderte y batallar.
La Biblia nos dice en Efesios 6, 11-12:
No tengas miedo, ni discutas con estas personas que atacan. Pero sí debes vivir en santidad, orar y dejar plasmada la verdad para los que lean sus comentarios no caigan en sus garras, pues siembran dudas, odios y espantos. Tú confía en Dios, no tengas miedo y reza.
Proclama el Evangelio, enseña la verdad, Vive tu fe y da ejemplo de vida. A veces esto basta para cambiar al mundo, como hizo San Francisco de Asís.
¡Dios te bendiga!