El santo trae la “profecía de una nueva humanidad, de una nueva forma de vida”, declaró el Papa Francisco durante el Ángelus de la fiesta de Todos los Santos, el 1 de noviembre de 2021.
Citando las Bienaventuranzas, el pontífice dijo llamado a convertirse en santo , es decir, "aceptar y poner en práctica, con la ayuda de Dios, esta profecía que está revolucionando el mundo".
Frente a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro a pesar del viento y la lluvia otoñal, el líder de la Iglesia Católica comentó el Evangelio del día, en el que Cristo expone las Bienaventuranzas que conocerán a quienes lo sigan - "Bienaventurados son los pobres, etc…"
Para el pontífice, Jesús da a cada uno, en esta intervención, dos claves del “camino de vida” de la santidad: la alegría y la profecía.
Santidad y alegría
La alegría del cristiano es una "alegría sin precedentes" construida sobre la "certeza de poder afrontar cada situación bajo la mirada amorosa de Dios", explicó el Papa Francisco.
"No hay santidad sin alegría", advirtió, porque la fe sin alegría es "un ejercicio riguroso y opresivo".
En las Bienaventuranzas, Cristo invita al cristiano a "llevar al mundo la gozosa novedad de [su] profecía", subrayó el Sumo Pontífice. Y explica: "El mundo dice que para ser feliz hay que ser rico, poderoso, siempre joven y fuerte, para disfrutar de la fama y el éxito. Jesús invierte estos criterios".
¿Cuáles son los nuevos principios? "Hazte pequeño y confía en Dios, en lugar de imponerte a los demás; sé amable, en lugar de intentar imponerte; practica la misericordia, en lugar de pensar solo en ti mismo; comprométete con la justicia y la paz, en lugar de nutrir, incluso con la omisión, la injusticia y la desigualdad".
Durante las llamadas, después de la oración del Ángelus, el Papa Francisco deseó a todos una Feliz Fiesta de Todos los Santos "en la compañía espiritual de todos los santos".