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4 formas de mostrar un liderazgo más empático

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María José García Crespo - publicado el 19/10/21
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Los líderes empáticos se distinguen por cuatro rasgos. Conocerlos ayuda a ponerlos en práctica o corregir malos hábitos

Mostrar un liderazgo empático puede hacerse de diferentes modos, pero destacamos 4 pasos.

1Estar atento a las señales de agotamiento de los demás.

El agotamiento en el trabajo puede derivar en situaciones estresantes, a trabajar más horas y conlleva problemas de conciliación.

Los directivos que desarrollan el liderazgo empático identifican los indicios de exceso de trabajo en su equipo antes de que el agotamiento sea un problema. Como consecuencia sus equipos adquieren mayor compromiso con la compañía.

Esto podría significar:

Tomarse unos minutos adicionales cada semana para comunicarse con los miembros del equipo; evaluar cómo manejan su carga de trabajo actual y ayudarlos a recuperarse del exceso de trabajo.

2Mostrar un interés sincero en las necesidades, esperanzas y sueños de otras personas.

Parte de liderar con empatía implica trabajar para comprender las necesidades y objetivos de cada miembro del equipo.

Organizar mejor el reparto de tareas para lograr un mejor desempeño y satisfacción de los empleados.

Los miembros del equipo que ven que su jefe los reconoce están más comprometidos y dispuestos a hacer un esfuerzo adicional.

3Demostrar la voluntad de ayudar a los empleados con sus problemas personales.

Los líderes empáticos ven a los miembros de su equipo como personas, no como recursos, tienen sus propias vidas y asumen problemas personales al tiempo que trabajan. Estos líderes reconocen que es parte de su función liderar y apoyarlos cuando más lo necesitan.

Mantener las líneas de comunicación abiertas y fomentar la transparencia es una buena manera de fomentar la seguridad psicológica. Además, ayuda a los miembros del equipo a sentirse cómodos compartiendo cuando sea necesario.

4Mostrar compasión cuando otras personas revelen una pérdida personal.

Las conexiones reales y las amistades en el trabajo son importantes. Todos hemos pasado por una pérdida personal. Podemos escucharles, tratarles con delicadeza y decirles que cuentan con nuestro apoyo.

Si el jefe que debe liderar un equipo no tiene las dotes para entender a los demás ni ponerse en el lugar del otro, podemos plantearnos una de estas posibles soluciones:

- Elegir las batallas que queremos pelear, es decir, intenta solo las verdaderamente importantes.

- Aceptar que el jefe es así, que no podemos cambiarlo. Procurar enfocarlo desde otra perspectiva. Fijarnos en lo que tiene de bueno y obtener el mayor beneficio de ello intentando aprender lo máximo posible.

- En el caso de que resulte posible, intentar la movilidad lateral o interdepartamental, es decir, que puedas cambiar de puesto y de jefe, pero sin marcharte de la empresa.

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