El histórico juicio del llamado "edificio de Londres" se reanuda el 5 de octubre de 2021 y se espera que ocupe ampliamente las noticias del Vaticano durante los próximos meses.
Inaugurado el 27 de julio, en él están encausadas diez personas, incluido el cardenal Becciu, por delitos financieros graves. Estos son los cinco principales desafíos:
1Un agujero en las cuentas de la Santa Sede
En 2019, después de un informe interno, la justicia vaticana abrió una investigación sobre las condiciones para la adquisición de un edificio de Londres en 60 Sloane Avenue por parte de la Secretaría de Estado, la administración central de la Santa Sede.
La inversión, iniciada en 2013, se financió con dinero del fondo de gestión del Óbolo de San Pedro, o donaciones de los fieles.
La operación fue confiada a un banquero italo-británico, Raffaele Mincione, y parece haber sido desviada de su propósito original.
Tras una larga investigación, los promotores de justicia del Vaticano consideran que habría supuesto un coste adicional para el Vaticano estimado entre 76 y 166 millones de euros.
Diez personas han sido convocadas por el tribunal de la Ciudad del Vaticano para responder por sus acciones.
2Un príncipe de la Iglesia en el banquillo de los acusados
En el origen de la inversión, encontramos a Angelo Becciu, el ex suplente de la Secretaría de Estado (el "número 3" de la Santa Sede) creado cardenal y nombrado "ministro" de la Curia en 2018.
Cesado de sus funciones en septiembre 2020 por el Papa Francisco, el sardo es acusado hoy de "malversación y abuso de poder, en asociación para delinquir y con soborno".
Primero deberá explicar las condiciones bajo las cuales autorizó la transacción financiera. Pero eso no es todo: la contratación de Cecilia Marogna, especialista en "diplomacia informal", plantea interrogantes; al igual que un posible desvío de fondos a Cerdeña.
Si bien la implicación precisa del alto prelado depuesto no está clara hoy, su acusación es en sí misma un hecho histórico.
Como resultado de una reforma reciente del Papa Francisco, es de hecho el primer cardenal en ser juzgado por un tribunal civil, lo que resulta ser una fuerte señal del proceso de reforma judicial del Vaticano emprendido por el pontífice.
3Descubriendo una trama en el corazón del Vaticano
Además del caso del cardenal Becciu, el juicio brindará la oportunidad de examinar la muy discreta "Sección de Asuntos Generales" o "Primera Sección" de la Secretaría de Estado que él ha encabezado durante mucho tiempo.
Mons. Mauro Carlino y Fabrizio Tirabassi, miembros de esta poderosa y muy opaca administración central, están entre los acusados.
Se estudiará su vínculo con los círculos empresariales italianos, suizos y británicos; pero también con organizaciones financieras de la Santa Sede como la ASIF (Autoridad de Información y Supervisión Financiera).
El enjundioso dossier que acompaña a la citación del Promotor de Justicia habla de una verdadera "trama" en el corazón del Estado más pequeño del mundo; pero también revela una cierta incompetencia al más alto nivel.
Aunque el programa de reforma de las finanzas del Vaticano por parte del Papa Francisco parece haber anticipado la sentencia – la Primera Sección, por ejemplo, se vio privada de todo poder económico el pasado mes de diciembre –, sin embargo, también se juzgará el modus operandi de esta alta administración vaticana.
4El regreso de los viejos demonios
El pontificado del Papa Francisco es considerado por algunos como un movimiento de modernización y renovación para la Iglesia Católica.
Sin embargo, el asunto de la construcción de Londres, por el contrario, nos devuelve a una tradición lamentable en el Vaticano: la de los asuntos financieros.
Un mal habitual desde hace casi cuarenta años, desde el escándalo del banco Ambrosiano – utilizado por la mafia – hasta la reciente condena del presidente del Instituto para las Obras de Religión (el banco privado del Vaticano) el pasado mes de enero.
Estas referencias previamente pensadas y olvidadas han resurgido extrañamente del limbo tras la acusación de Cecilia Marogna. La agenda de esta asesora del cardenal Becciu, a quien los italianos designan maliciosamente con el nombre de "Lady Cardinal", contiene los nombres de personajes poco recomendables; en particular, de algunos nostálgicos de la famosa "Logia P2", o de testaferros de la Cosa Nostra…
5Está en juego la credibilidad de la Iglesia
El juicio promete ser un momento decisivo para la credibilidad de la Iglesia católica y el pontificado del Papa Francisco.
En primer lugar económicamente: además de las pérdidas directas que perjudican muy directamente el buen funcionamiento de una Santa Sede en dificultades económicas, el uso del dinero de los fieles en la operación es un factor agravante.
El Vaticano teme que los laicos, a fuerza de escándalos, dejen de financiar a la Santa Sede… Y de hecho, ya se observa una caída en las donaciones.
En orden de cosas, cuál será el destino reservado al cardenal Becciu, amigo personal del Papa Francisco, pone en juego la credibilidad de la acción de este último contra el "flagelo" del clericalismo, esa rigidez jerárquica en la Iglesia contra la que el pontífice no ha dejado de luchar.
La credibilidad del funcionamiento de su administración también será ampliamente examinada, sobre todo conforme se acerca la promulgación de una nueva constitución para reformar la Curia.
Pero más simbólicamente, lo que está en juego aquí es sobre todo la credibilidad moral de la Iglesia católica. La gran brecha entre las exhortaciones franciscanas del Papa contra las finanzas globalizadas y las derivas mafiosas observadas tan cerca del trono de Pedro, parece difícil de superarse.