Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
¿Cuántas cosas de las que hemos usado hoy fueron realizadas gracias a la existencia de recursos minerales? Prácticamente todo.
Los recursos minerales son compuestos y sustancias de origen geológico localizados en la corteza terrestre. Son extraídos gracias a la minería y sirven como materia prima para numerosos procesos industriales.
Hoy en día, es difícil pensar en un producto manufacturado que carezca de algún componente de origen mineral. Sin embargo, estos productos están insertados en nuestra vida de manera tan rutinaria que ni siquiera reparamos en ellos. Desde nuestro móvil a la sal de la cocina, de los productos de higiene a nuestras ventanas, del suelo que pisamos hasta los medicamentos: todo está hecho con minerales.
A menudo damos por sentado que todos los recursos minerales siempre estuvieron ahí y siempre estarán. Sin embargo en 2019, la ONU reveló que, entre 1970 y 2017, la extracción mundial de materiales se triplicó hasta alcanzar los 92.000 millones de toneladas anuales.
Los datos nos hacen ver que estamos ante un momento crucial para el desarrollo sostenible, es decir aquel desarrollo que garantiza las necesidades actuales y un cierto grado de bienestar pero sin imposibilitar el crecimiento para las generaciones futuras. Un desarrollo sostenible no destruye la base ecológica de la sociedad y, en cambio, deja a la naturaleza la capacidad necesaria para mantener sus procesos de regeneración.
El empleo de tecnología sostenible y el mejor uso de los recursos minerales posibilitan su ahorro y un menor impacto medioambiental. Está en nuestras manos apostar por un tipo de explotación y un consumo responsable.
Pero ¿realmente qué podemos cambiar o mejorar en nuestra vida diaria? ¿En qué podemos apostar? Sin duda en el reciclaje y en el consumo moderado. Nada resolverá el problema en su totalidad, pero es cierto que ayudaría.
En la actualidad, un teléfono móvil contiene unos sesenta elementos de origen mineral. Si bien es verdad que algunos de ellos se usan en cantidades ínfimas, son todos ellos necesarios para su correcto funcionamiento y en algún caso el proceso de extracción es dificultoso y las reservas mundiales escasas. Algo muy parecido ocurre con los ordenadores, los coches y un sin fin de productos de muy diversas índoles.
Es una fatalidad que dediquemos grandes inversiones y esfuerzos en la extracción de minerales pero una vez usados no nos preocupemos de que sucede con ellos. Se estima que existen más de 3000 minerales diferentes y muchos de ellos son minerales metálicos.
Reciclar metales de aparatos electrónicos en desuso es mucho más barato que sacarlos de las minas. Pues para obtener estos minerales no hace falta solo excavar y procesar el material sino que también es necesaria una gran cantidad de energía. Por eso es muy importante que al final de sus vidas útiles los llevemos a puntos específicos de recogida.
Otro gesto muy fácil en nuestra vida diaria consiste en dejar en los contenedores apropiados los envases de acero y aluminio, como por ejemplo las latas de refresco o de conserva. La mayor parte de ellos se pueden fundir para crear nuevos materiales. Cada envase producido de acero contiene un 25% de acero reciclado, que supone un ahorro importante de recursos.
Por cierto ¿Sabías que muchos de los productos de higiene y cosmética contienen minerales como el talco, caolín, zinc, perlita y sílice? Piensa por un momento en tu consumo anual, ¿podrías mejorarlo? Algo parecido ocurre con el transporte, todo depende de los minerales (carreteras, vías de tren, aviones, barcos…) En cada coche hay más de 15.000 componentes hechos de minerales.
Viendo lo necesario qué son los recursos minerales en nuestro día a día recordemos unas palabras de San Juan Pablo II:
No podemos concebir nuestra sociedad como algo separado de la naturaleza. Somos parte de ella, de la Creación. Pero el hombre ocupa un lugar privilegiado, ya que ha sido creado a imagen de Dios y el mismo Dios le ha entregado el cuidado de la naturaleza. “Es muy noble asumir el deber de cuidar la creación con pequeñas acciones cotidianas, y es maravilloso que la educación sea capaz de motivarlas hasta conformar un estilo de vida.” (Laudato sí, 211).