“La timidez es la prisión del corazón” dice un famoso proverbio. De hecho, cuando la timidez está demasiado presente, impide que el corazón se exprese. Las personas muy tímidas lo experimentan incluso de manera física: palpitaciones, sudoración, enrojecimiento, temblores... Hay gente que no se atreve ni a mirar a los ojos a su interlocutor. Otros se conforman con frases lacónicas. ¿Cómo pensar en entablar una relación fructífera en tales condiciones?
La timidez puede ser un gran obstáculo para una relación romántica. Uno de esos obstáculos que parece insuperable e imposibilita cualquier proceso de encuentro. Unos frenos y obstáculos que Bénédicte Lucereau, consejera matrimonial y familiar, propone identificar y eliminar en una videoconferencia organizada por Theotokos, el principal sitio web de citas cristianas, el domingo 3 de octubre, de 18:30 a 20:00 horas. Según la consejera matrimonial, coautora de Ces amours qui n’avancent pas (Editions de l’Emmanuel), la timidez forma parte de esos frenos. La buena noticia es que a base de trabajarla, seremos capaces de crear relaciones satisfactorias y equilibradas.
“La timidez es una forma de esconderse, de ocultarse”, explica Bénédicte Lucereau. Es un obstáculo para el encuentro romántico en la medida en que impide el intercambio y por tanto el conocimiento del otro. ¿Cómo, en efecto, entablar una relación con una persona que huye? Además, la timidez desconcierta al interlocutor. Éste puede sentir que la relación recae sobre sus hombros únicamente: siempre le toca a él hablar, hacer preguntas, reavivar la conversación. Una relación pues desequilibrada, que acaba pesando sobre quien la lleva. “¡Lo cual es una pena, porque la persona tímida probablemente esconde en su interior a una persona muy hermosa!”, destaca la consejera matrimonial y familiar.
Por eso es crucial ahondar en las razones de la timidez: ¿por qué soy tan tímido? ¿De dónde viene esta vergüenza de mí mismo? ¿Desde cuándo soy así? ¿Qué es lo que percibo, en las diferentes situaciones, como agresivo? Bénédicte Lucereau también invita a las personas tímidas a preguntarse por qué se desprecian tanto, a identificar el hecho de su historia que les hace sentirse pequeños. Muchas veces, tienen una mala imagen de sí mismos, no se sienten "amables", muchas veces debido a un pasado difícil. Sin embargo, "esta imagen es infundada y la autoestima es algo que se puede trabajar", añade la experta.
¿Cómo vencer la timidez? En terapia, la consejera matrimonial y familiar utiliza una técnica que podríamos llamar la técnica de las pequeñas metas. Antes de abordar la timidez inherente al establecimiento una relación romántica, es bueno identificar las situaciones cotidianas en las que se produce la timidez. Por ejemplo podría ser en la panadería (no nos atrevemos a mirar al panadero a la cara), a la hora de aparcar el coche (sobre todo sin entorpecer el tráfico), o con nuestra propia madre (con la que tememos entrar en una discusión abierta)... Muchas pequeñas metas a trabajar, cuyo éxito nos permite ganar confianza en nosotros mismos. "Todo lo emocional afecta sobre nuestra vida afectiva", explica Bénédicte Lucereau. Por lo tanto, superar con éxito estos pequeños miedos en la vida cotidiana repercute en la forma en que nos relacionamos con los demás, y aún más intensamente cuando se trata de relaciones románticas.
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