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¿Quién aboga por Haití?

HAITIANS
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Jaime Septién - publicado el 24/09/21
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En la frontera entre Colombia y Panamá hay cerca de 19.000 migrantes, la mayoría de ellos procedentes de Haití que esperan poder pasar a Centroamérica, luego a México y llegar a Estados Unidos

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En la frontera sur de México con Guatemala y en la frontera norte con Estados Unidos, puede haber hacinados, en condiciones deplorables, cerca de 15.000 haitianos, sin contar los que ya se han establecido en territorio mexicano.

Durante esta semana, los vuelos procedentes de Texas al aeropuerto de Puerto Príncipe, capital de Haití, no han cesado de llegar, estableciendo un “puente aéreo” entre los dos países para deportar haitianos a su país de origen.

Y en ese país antillano, las circunstancias en las que son recibidos son terribles, sobre todo tras el último terremoto político (el asesinato del presidente Jovenel Moïse) y el último temblor de tierra del 14 de agosto que dejó 2.246 fallecidos, más de 12.000 heridos y 329 desaparecidos.

El cardenal y obispo de Les Cayes, Haití, Chibly Langlois, está en la región más golpeada por el último sismo de 7,2 grados de magnitud en la escala de Richter. En videoconferencia con Cáritas Internacional, Langlois lanzó un llamado internacional a la ayuda para Haití.

El purpurado dijo que “la pobreza en Haití “es galopante” y que la última catástrofe –que en el plano material dejó 3.470 casas dañadas, 3.815 destruidas, 171 escuelas devastadas y 150 iglesias, capillas o estructuras eclesiásticas derrumbadas, incluido el obispado de Les Cayes—“no ha hecho más que aumentar el drama”.

Langlois subrayó que los haitianos “golpeados por la violencia de las bandas y sufriendo la pobreza durante mucho tiempo, las víctimas buscan a la Iglesia (católica) y depositan su confianza en ella”. A menudo es la Iglesia “la única esperanza de la población”.

Sin embargo, la Iglesia no está exenta de la situación que impera en Haití. Además de los daños causados por el temblor, Langlois apuntó que ha habido sacerdotes y religiosas que murieron y que, además, la Iglesia es víctima porque los miembros del clero "están sometidos a la violencia de las bandas que no dudan en atacarlos”.

En su participación el cardenal Langlois hizo un llamado “a todas las Caritas e Iglesias hermanas y a los hombres y mujeres de buena voluntad para que nos ayuden a salir de esta situación catastrófica que estamos viviendo”.

Cáritas Haití definió las prioridades; reconstruir a los haitianos traumatizados por estas catástrofes, dar un techo a las familias de la Zona Sur, garantizar la escolarización de los niños y ayudar a las familias rurales a poder cubrir sus propias necesidades con infraestructuras agrícolas.

Por otra parte, Costa Rica, República Dominicana y Panamá se han reunido y los presidentes de estos países, Carlos Alvarado, Luis Abinader y Laurentino Cortizo

instruyeron a sus cancilleres para que -en alianza con Naciones Unidas, Estados Unidos, Unión Europea y países amigos" generen “soluciones concretas, integrales y sostenibles, en un marco de respeto a la dignidad y los derechos humanos, con el propósito de afrontar la alarmante situación de Haití”.

Centroamérica (sobre todo Costa Rica y Panamá) está siendo rebasada por oleadas de migrantes haitianos que buscan llegar a Estados Unidos; familias enteras que arriesgan su vida en zonas tan peligrosas como la selva de Darién y que se ponen en manos de criminales que cobran por pasarlos a México y luego a Estados Unidos, muchas veces dejándolos a su suerte, o entregándose a otros criminales.

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