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Xinia Hernández y su esposo Alberto Balbín son los dueños de la tienda “La Negrita” y para ellos fue la Virgen de los Ángeles quien los cuidó durante el torbellino que azotó la zona de la Basílica de Los Ángeles en la provincia costarricense de Cartago.
El fenómeno meteorológico, vinculado a una rotación acelerada del viento, ocasionó el pasado 15 de septiembre daños y destrucción, pero también alguna particularidad como lo acontecido con una imagen de la Virgen que estaba en el negocio de los dueños de la tienda.
“Afuera teníamos una exhibición de varias imágenes de gran tamaño y una de ellas era de la Negrita, de 85 centímetros de alto y elaborada en resina con fibra de vidrio, y esta fue a dar a los 30 metros de distancia. Un vecino fue el que la vio y la regresó”, contó Xinia en declaraciones recogidas por el medio de Costa Rica La Teja.
Efectivamente, según el relato de la mujer, la Virgen sobrevivió a los poderosos vientos.
“Estaba un poco reventada, pero ya mi esposo la arregló. Aunque la iglesia estaba cerrada, yo fui al frente y le di gracias por su misericordia. Ahora esta virgencita se va a quedar aquí conmigo, no la voy a vender, siento que nos protegió porque si no aquí los daños hubieran sido demasiados”, agregó Xinia.
En los alrededores del famoso santuario nacional conocido como la Basílica de Los Ángeles también se percibió el efecto del torbellino con la generación de varios daños materiales.
Miguel Rivera Salazar, rector de la basílica, lo describió como “algo muy intenso y de mucho ruido”.
Es que los fuertes vientos que se dieron en la tarde de ese día empezaron a levantas objetos, dañar los techos de las casas en la zona aledaña al santuario, sitio que también se vio afectado.
“Fueron breves minutos, pero con mucha intensidad porque en ese momento teníamos atención de personas en la oficina parroquial. Había un ruido muy fuerte y varios feligreses entraron en pánico, pero el personal de la Basílica, que está muy capacitado, controló todo porque había unas 25 personas dentro y, como lo indica el protocolo, todas las puertas se cerraron para evitar cualquier tragedia”, expresó el sacerdote en declaraciones reproducidas por Teletica.
Si bien Rivera confirmó que los daños en la iglesia no fueron significativos, sí generó desprendimiento de cumbreras, escombros en los jardines.
La situación generó que en las horas siguientes las actividades y misas fueran suspendidas a la espera de una verificación del sistema eléctrico.
En medio del pánico y el susto, la alegría y el agradecimiento por no haber lamentado personas heridas ahí tras un evento que también dejó un hecho curioso y significativo con una imagen de la Virgen de Los Ángeles. Bien vale una oración para seguir implorando protección ante este tipo de circunstancias.