A medida que se acerca al siglo de vida, Gwen Erickson de Minnesota ha comenzado a criar una de las mariposas más populares de América en peligro de extinción: la Monarca.
El año pasado la abuela logró criar 27 mariposas y este año el número ha subido a 61, y aún quedan más por venir.
Curiosamente, a las mariposas no les va tan bien en la naturaleza, pues solo el 10% alcanza la madurez, mientras que cuando los humanos se involucran en el proceso, la tasa de supervivencia es más del 90%. Y hasta ahora, la nonagenaria no cree haber perdido ninguna todavía.
Si bien algunos podrían decir que se debe dejar que la naturaleza se valga por sí misma, la población de mariposas está disminuyendo rápidamente y necesita un poco de ayuda y atención adicionales. Afortunadamente, ese amor y devoción es exactamente lo que la mujer de 97 años es capaz de dar a sus amiguitas con alas.
Todo el proceso lleva un poco de tiempo, comenzando con la recolección de huevos de las hojas de algodoncillo que crecen en un pequeño terreno en su patio trasero. Luego coloca cuidadosamente los huevos en frascos en la mesa de su sala, que es el lugar ideal ya que está completamente expuesta a la luz solar natural.
Después de tres o cuatro días, la oruga emerge y luego, después de algunas semanas, forma una crisálida. Quince días después sale la hermosa mariposa. Erickson luego libera las mariposas en la naturaleza, aunque un par parece un poco reticente a dejar su hogar amoroso y le hace compañía a la anciana volando alrededor de la casa.
"Creo que el proceso es fascinante", compartió la abuela, según el Post Bulletin. Si bien esperaba que sus nietos hubieran desarrollado un interés en estos exquisitos insectos cuando los introdujo en el proceso en su lago hace muchos años, parece que tiene que intentar inspirarlos con sus propios esfuerzos.
Aunque normalmente a Erickson no le gusta hablar de sí misma y de lo que hace, está feliz de animar a otros a cuidar e interesarse en esta especie en peligro de extinción. Y, afortunadamente, una amiga y su hijo se han unido a ella en su nueva pasión y, con suerte, veremos un cambio en esos números decrecientes.
Este pasatiempo, que comenzó tan tarde en la vida, es un buen ejemplo de cómo las personas se preocupan por las cosas más pequeñas de la vida. Aunque la anciana dice que la ayuda a salir al aire libre, también le permite dar un gran ejemplo a las generaciones más jóvenes y recordarnos que nunca es demasiado tarde para tener un propósito en la vida.
Erickson es una de las muchas personas mayores miembros de la sociedad que inspiran a las jóvenes generaciones. Si haces click en la galería a continuación descubrirás más de estos fabulosos mayores.