Las autoridades religiosas judías de Israel escribieron ‘preocupadas’ al Vaticano para pedir aclaraciones sobre las palabras del papa Francisco sobre la Ley judía pronunciadas el pasado 11 de agosto. Según el presidente de la Comisión para el Diálogo con la Santa Sede, el rabino Rasson Arousi, el Papa debería aclarar si considera que la Torá es obsoleta.
Por su parte, desde el Vaticano ha llegado una reacción teológica. L'Osservatore Romano, el diario del partido, como lo llama el mismo Papa, ha publicado en primera página en su edición del 30 de agosto una respuesta a través del reconocido teólogo argentino Víctor Manuel Fernández, arzobispo de La Plata, prelado muy cercano al Papa Francisco desde los tiempos de Aparecida y Buenos Aires.
“Ley y gracia para judíos y cristianos”, es el titulo del breve artículo que no menciona la polémica, pero que va directamente al punto de la cuestión.
En una carta vista por Reuters, el rabino Rasson Arousi […] dijo que los comentarios del Papa que aludían a que “la Ley …no da vida por sí misma”, parecían sugerir que la ley judía está obsoleta”.
Así, Fernández argumenta, siguiendo el hilo del discurso del Papa, aludiendo a las palabras de San Pablo que “la justificación por la fe, en realidad está retomando convicciones profundas de ciertas tradiciones judías”.
“Porque si se afirmara que la propia justificación se obtiene por el cumplimiento de la Ley con el propio esfuerzo, sin ayuda divina, se estaría cayendo en la peor de las idolatrías, que consiste en adorar a uno mismo, a las propias fuerzas y a las propias obras, en lugar de adorar al único Dios”.
El teólogo argentino recuerda que en los textos del Antiguo Testamento y en muchos escritos judíos extrabíblicos hay evidencia de una “religiosidad de confianza en el amor de Dios”.
Los textos “invitaban a un cumplimiento de la Ley accionado en el profundo del corazón por la acción divina”. La "emunà", actitud de profunda confianza en Yahvé (Dios), que activa el auténtico cumplimiento de la Ley, "está en el corazón mismo de la exigencia de toda la Torá”, afirma el arzobispo.
Victor Manuel Fernández que acompañó al cardenal Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, para encontrar la síntesis querida por los obispos de America en el documento de Aparecida (2007), evoca la tradición judía para salir de la polémica. Asimismo, teje fino indicando que en ambas tradiciones existe una "renuncia a la autosuficiencia".
En efecto, cita al rabino de Israel Baal Shem Tov (siglo XIX): "Temo mucho más mis buenas acciones que producen placer que mis malas que producen horror”.
Y añade: “Las tradiciones judías también reconocen que para cumplir la Ley en su totalidad se requiere un cambio de corazón. Los cristianos y los judíos no dicen que lo que cuenta es el cumplimiento exterior de ciertas costumbres sin el impulso interior de Dios”.
El también ex vicedecano de la Universidad Católica de Buenos Aires testigo ocular de la misión del Papa en materia de diálogo interreligioso- desde los tiempos bonaerenses- con la comunidad judía, sostiene:
“En realidad, la teología judía coincide con la doctrina cristiana en este punto, sobre todo si partimos de la lectura de Jeremías y Ezequiel, donde aparece la necesidad de purificación y transformación del corazón”.
El obispo argentino insistió: “Judíos y cristianos reconocen que la ley externa no puede cambiarnos por sí sola sin la obra purificadora y transformadora de Dios (Ez 36,25-27), que ya ha comenzado a hacerse presente en su Mesías (Gal 2,20-21)”.
“Por otra parte, recordemos que según la profundísima interpretación de San Agustín y Santo Tomás sobre la teología paulina de la nueva ley, la esterilidad de una ley externa sin ayuda divina no es sólo una característica de la Ley judía, sino también de los preceptos que el mismo Jesús nos dejó: "Incluso la letra del Evangelio mataría si no tuviera la gracia interior de la fe, que cura", concluyó.