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Los radicales islámicos matan a 17 cristianos al día solo en Nigeria. Durante los primeros 200 días de 2021, unos 3.400 cristianos fueron asesinados por fanatismo terrorista en el país, que es el más poblado de África.
La fuente de los números es la organización nigeriana Intersociety, o Sociedad Internacional para las Libertades Civiles y el Estado de Derecho. Es una entidad que, desde 2010, investiga y documenta datos sobre la persecución religiosa y otras formas de violencia perpetradas en Nigeria por organismos estatales y no estatales.
Las encuestas se realizan en contacto directo con víctimas y testigos y se complementan con el análisis de otros informes nacionales e internacionales creíbles.
Según el informe de Intersociety, el número de asesinatos en este primer período de 2021 es aproximadamente igual al de todo el año 2020. Este fue estimado en aproximadamente 3,530 por Open Doors, una organización que monitorea el estado de la libertad religiosa en el mundo.
Los datos siempre son aproximados porque es imposible recopilar números exactos en un escenario donde vastas regiones del país están a merced de los ataques diarios de grupos terroristas como Boko Haram. No hay un registro centralizado del número de muertos por terrorismo islámico.
Los sacerdotes católicos y los pastores protestantes suman diez muertes en el período. El clero, además, ha sido el principal objetivo de la ola de secuestros que desde hace años aterroriza zonas del país.
La Intersociety registró 2.980 secuestros de cristianos entre el 1 de enero y el 18 de julio de 2021. La Intersociety estima que un mínimo de 3 de cada 30 cristianos secuestrados son asesinados en cautiverio, lo que sumaría 300 muertes a los registros de asesinatos yihadistas.
El informe señala además que hubo 150 asesinatos no registrados tratados como "cifras oscuras".
Desde enero, también ha habido alrededor de 300 casos de iglesias amenazadas, atacadas o incendiadas.
El triste récord en el número de asesinatos de cristianos en Nigeria como resultado de la persecución religiosa deliberada se alcanzó en 2014 con más de 5.000 casos. Más de 4.000 de ellos los perpetró Boko Haram; pero los pastores musulmanes nómadas Fulani también mataron deliberadamente al menos a otros 1.200 cristianos.
Las cifras parciales de 2021 ya han asegurado un segundo lugar preocupante en la lista de los años más sangrientos para los cristianos en Nigeria; y, trágicamente, a fines de diciembre, podrían superar a 2014 y establecer un nuevo récord tan triste como escandaloso y vergonzoso.
De hecho, decenas de organizaciones de defensa locales y extranjeras acusan al gobierno nigeriano de omisión e ineficacia en la lucha contra la masacre de cristianos en el país. Las grandes organizaciones supranacionales también son acusadas de pasividad ante un escenario en el que analistas internacionales apuntan a indicios de genocidio. La impunidad mantiene a los culpables de los asesinatos no solo libres sino, en muchos casos, incluso libres de investigación.
A estas acusaciones se suma el abandono por parte del gobierno de las familias tanto de las víctimas como de los sobrevivientes.