San Juan Pablo II visitó Canadá en múltiples ocasiones, recorrió varios lugares y se reunió con una amplia variedad de grupos.
En 1987 hizo una parada especial en Fort Simpson, un histórico pueblo comercial con una gran población indígena.
Mientras estuvo allí, hizo un discurso especial, afirmando la dignidad humana de los pueblos de las Primeras Naciones.
«Viniendo entre ustedes
he querido subrayar
su dignidad como pueblos originarios»
Juan Pablo II
Explicó además el compromiso renovado de la Iglesia con la libertad de los pueblos originarios:
“Permítanme recordar que en los albores de la presencia de la Iglesia en el Nuevo Mundo, mi predecesor el papa Pablo III proclamó en 1537 los derechos de los pueblos indígenas de aquellos tiempos. Afirmó su dignidad, defendió su libertad y declaró que no podían ser esclavizados o privados de sus bienes o sus propiedades. Esa ha sido siempre la posición de la Iglesia (Cf. Pauli III Pastorale Oficium, 29 de mayo 1537 DENZ.-S. 1495). Mi presencia entre ustedes hoy marca mi reafirmación y la reafirmación de esa enseñanza”.
Luego terminó su discurso con una simple oración por los pueblos nativos de Canadá, deseando que sean bendecidos con la paz de Dios.
Oración
Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria,
les conceda a ustedes, los pueblos aborígenes de Canadá,
un espíritu de sabiduría y perspicacia para conocerlo con claridad.
Que Él ilumine su visión más íntima
para que conozcan la gran esperanza a la que les ha llamado.
