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Kamloops: una herida en el corazón “traumatizado” de Canadá

kamloops

AFP

Jaime Septién - publicado el 06/06/21

El dolor del Papa Francisco: "Me uno a los obispos canadienses y a toda la Iglesia católica en Canadá para expresar mi cercanía al pueblo canadiense traumatizado por la chocante noticia”

El 28 de mayo pasado una noticia sacudió a Canadá. Y a buena parte del mundo, sobre todo al mundo católico. Los restos de 215 niños de la comunidad aborigen Tk’emlups te Secwepemc First Nation, algunos de apenas tres años de edad, fueron hallados enterrados en un viejo internado, gestionado por la Iglesia católica, cerca de Kamloops, en la provincia occidental de Columbia Británica.

Aunque ya la comunidad amerindia lo había dicho en repetidas ocasiones, fue hasta que un investigador especializado, usando un georradar, pudo verificar el hallazgo. El internado de Kamloops había sido construido el siglo XIX para integrar a los menores de la comunidad Tk’emlups te Secwepemc a la sociedad canadiense.

Rosanne Casimir, jefa de la comunidad Tk’emlups te Secwepemc (una de las 634 comunidades originarias que todavía existen en Canadá y que agrupan a cerca de un millón de personas), se ha convertido, desde entonces, en la encargada de comunicar los esfuerzos para determinar la causas de la muerte de los pequeños y la fecha en que se produjeron, puesto que “nunca fueron registradas por la dirección del internado”.

Un escenario terrible

El internado de Kamloops era parte de las 139 instituciones que operaron –en nombre del gobierno de Canadá—para integrar a las comunidades aborígenes a la sociedad dominante. En este caso, el internado se inauguró en 1890 y cerró definitivamente sus puertas en 1969. En su época de auge, la década de 1950, llegó a tener hasta 500 internos menores de edad. Muchos de ellos no volvieron jamás a su hogar.

Aproximadamente 150.000 niños de las comunidades aborígenes que vivían en el territorio colonizado y que ahora es Canadá fueron separados de su lengua, su cultura y de su familia, para ser enviados a alguna de estas 139 instituciones operadas por instituciones eclesiásticas o por el propio Gobierno de Canadá.

Según una Comisión Nacional de Investigación, creada para analizar este episodio, probablemente entre 3.200 y 5.000 pequeños aborígenes murieron en esos internados (que funcionaron desde 1831 hasta 1996) , la mayoría por tuberculosis, aunque el número podría ser mayor.

La Comisión –que concluyó sus investigaciones en 2015—señaló todas las agravantes del periodo en el que operaron estos internados y declaró que fue un “genocidio cultural”. Tras disculparse con ellos, en 2008, la provincia canadiense de Ottawa (quien las absorbió hasta su final) acordó una indemnización de 1.250 millones de dólares para los supervivientes de los internados.

El Papa Francisco dolido

Este domingo, durante el rezo del Ángelus, el Papa Francisco llamó a la Iglesia católica de Canadá y al Gobierno de este país a colaborar para esclarecer las causas del hallazgo en el internado de Kamloops. “Me uno a los obispos canadienses y a toda la Iglesia católica en Canadá para expresar mi cercanía al pueblo canadiense traumatizado por la chocante noticia”.

“El hallazgo incrementa la conciencia del dolor y del sufrimiento del pasado”, dijo el pontífice, quien pidió a la Iglesia y a los políticos que “sigan colaborando con determinación para aportar luz sobre ese triste suceso y se comprometan con humildad a recorrer un camino de reconciliación y sanación”.

Y agregó: “Estos momentos difíciles son un fuerte llamamiento para todos nosotros, para alejarnos del modelo colonizador, también de las colonizaciones ideológicas de hoy, y para que caminemos juntos en el diálogo, el respeto recíproco, en el reconocimiento del derechos y el valor cultural de todos los hijos e hijas de Canadá”.

Con esta mención en el Ángelus, el Papa respondió, rápidamente, a los reclamos tanto del organismo de los derechos humanos de la ONU como del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, de que la Iglesia pida disculpas sobre estos sucesos. También la ONU lo exigió para el propio Trudeau.

¿Qué sigue?

La Kamloops Indian Residential School fue el más grande de los internados que operaron en territorio canadiense. Por ello, la investigación sobre lo sucedido ahí marcará el derrotero de la siguiente etapa de reconciliación y sanación de una herida que sigue abierta en ese país.

Casimir dijo que los principales afectados, los miembros de la comunidad Tk’emlups te Secwepemc a quienes ella representa, esperan que a más tardar este mismo mes de junio estén listos los resultados de las investigaciones que se están haciendo alrededor del internado para verificar el tamaño de la tragedia.

Mientras tanto, los obispos canadienses han expresado su profundo dolor y su ánimo de colaborar, sin restricción alguna, en el esclarecimiento y la reparación del dolor causado a las comunidades originarias que fueron orilladas a desprenderse de sus hijos para ser internados en estas instituciones.

“En nombre de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos (CCB), expreso nuestro más profundo pesar por la desgarradora pérdida de los niños”, dijo el arzobispo de Winnipeg y presidente de la CCB, Richard Gagnon. Y agregó: “Elevamos nuestras oraciones al Señor por los niños que han perdido la vida y prometemos nuestro estrecho acompañamiento a las familias y comunidades indígenas”.

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