Las colas en los centros de salud, colegios, hoteles y otros espacios son largas y masivas cada vez que el gobierno de Nicolás Maduro, a través del sistema que rige a los afiliados al Carnet de la Patria, convoca jornadas de vacunación anti Covid-19. Pero como si de una máxima se tratara, a mayor concurrencia mayor frustración. De nada vale ser convocado o levantarse temprano porque las vacunas no son suficientes en Venezuela.
Testigo de esto fue la señora María Cáceres, de 78 años de edad, según conoció Aleteia. Desde el barrio Mirador del Este de Petare, fue convocada a la Plaza Miranda de Los Dos Caminos con el fin de ser vacunada. “Nos tuvieron durante más de cuatro horas en cola. Decían que las vacunas no llegaban y al final aparecieron algunas”, dijo la mujer.
Su relato fue más allá. En medio del desespero y la aglomeración de personas, Cáceres preguntó a uno de los responsables: “¿Por qué convocan a los mayores si no tienen las vacunas?”- No obtuvo respuestas adecuadas. “Ahí quedaron las personas convocadas y las vacunas se habían acabado. Eso no puede ser”, expresó con frustración.
Venezuela presenta el índice más bajo entre los países que no han vacunado a su población: menos del 5 por ciento. Lo ratifica la ONG Médicos Unidos de Venezuela, sustentada en datos de la Organización Panamericana de la Salud. “Seguimos siendo el último país en América en vacunas aplicadas”, publicaron este 24 de junio en las redes sociales. “A esa velocidad alcanzaremos inmunidad de rebaño en 10 años”.
El doctor Rafael Arreaza, expresidente del Instituto Venezolanos de los Seguros Sociales, durante el segundo período de gobierno de Rafael Caldera (1994-1999), reconoce que el 5 por ciento de la población ha sido vacunada. “El sector salud sólo ha sido vacunado un 25 por ciento, mientras que la población ha sido inmunizada en un 5 por ciento”, aseguró en conversación con Aleteia, durante una protesta realizada en Caracas.
“El tema del Coronavirus se ha vuelto inmanejable”, indicó el especialista en seguridad social. “Estamos en una emergencia sanitaria y el gobierno es incapaz de controlarla, y de dejarse asesorar sobre la materia”, aseguró.
Como ejemplo dijo que “la segunda dosis debe ser aplicada entre 2 o 3 semanas después de la primera dosis, y no en 90 días como pretende el gobierno”, situación que “pone en peligro la vida de la población ante el riesgo de contagiarse”.
El gobierno tiene otra versión. Carlos Alvarado, ministro salud, dijo el 12 de junio, que el país cuenta con suficientes vacunas para inmunizar a 13% de la meta, establecida en el 70% de la población para este año, es decir, 22 millones de venezolanos. No obstante, la cifra exacta de vacunados se desconoce por la falta de información.
Hasta ahora las vacunas han sido destinadas a los sanitarios y personas mayores de 60 años convocadas por el Sistema Patria. Pero el virus no tiene preferencias ni identifica afiliaciones políticas y continúa incrementando las cifras de fallecidos y contagiados. Por eso, tanto en los lugares convocados para vacunar como en otros sitios, se han generado protestas exigiendo que los productos biológicos sean para toda la población.
Una de estas manifestaciones ocurrió el martes 22 de junio cuando empleados públicos, jubilados y pensionados alzaron su voz en todo el país para rechazar la improvisación en materia económica y sanitaria. Reunidos en la Plaza La Moneda, cerca del Palacio de Miraflores, en Caracas. Aleteia constató sus exigencias: “¡Si no los mata el hambre con la hiperinflación, nos aniquilará el Covid 19, por la falta de inmunización!”.
Esta vez los abuelitos, convocados por la Federación de Jubilados y Pensionados de Venezuela, no sólo reclamaban por la falta de vacuna contra la pandemia, también por el deterioro de su calidad de vida, los bajos ingresos económicos, y el alto costo de los alimentos y medicinas. “¡Todos merecemos vivir!”, gritaban una y otra vez.
Emilio Lozada, presidente del gremio catalogó la situación como un “relajo sanitario” que no garantiza la cantidad de vacunas para proteger a toda la población que vive en el país. “Únicamente da acceso a sus partidarios, o los que tienen el Carnet de la Patria, creando exclusión en la población”, indicó al ser consultado.
“Lo que están haciendo es un genocidio en gota. Al parecer, al gobierno lo único que le interesa es mantenerse en el poder sin importar la vida de la gente”, denunció.
Mostró su preocupación por las que considera “mentiras que expresa el gobierno” con respecto a la llegada de las vacunas, especialmente con la segunda dosis. “Se agotaron los insumos, y mucha gente se quedó sin aplicarse la misma hasta nuevo aviso”.
La profesora jubilada Ana Colmenares expresó su consternación por la grave situación humanitaria del país y que hace imposible la subsistencia de la población. Además de las insuficientes vacunas habló de los “sueldos de hambre”. Dijo que “no alcanzan para adquirir los productos de la cesta básica para alimentarse bien y tener calidad de vida”.
Confesó que su salud se ha deteriorado muchísimo por no comer bien. “Lo poco que gano no me alcanza para realizar los exámenes médicos que requiero para hacer seguimiento a la anemia que me aqueja”. Aunque la profesora Colmenares recibió la primera dosis de la vacuna, tiene varios días a la espera de la segunda aplicación.
El gobierno venezolano reportó el jueves 24 de junio 16 fallecimientos y 1.091 contagios del Covid-19. Con estos números, Venezuela alcanza 265.642 casos, de los cuales 246.983 se recuperaron; 15.636 se mantienen activos; y 3.023 fallecieron.
En la misma fecha, desde la vicepresidencia de Venezuela, se conoció que el país recibirá un primer lote de la vacuna Abdala producida en Cuba, como parte de una dotación de doce millones de dosis que arribarán en los próximos meses. “Esta vacuna se incorpora al proceso de inmunización y al plan de vacunación”, dijo Delcy Rodríguez.
La Academia Nacional de la Medicina de Venezuela (ANM), este 25 de junio catalogó a los productos Abdala y Soberana 02, como “candidatos a vacuna” y “desarrollos experimentales” semejante a los realizados en otras partes del mundo pero que “todavía no han resultado en el desarrollo de ninguna vacuna de comprobada eficacia”.
Dicen que de “Soberana 02 hay una pre publicación sobre su efecto en modelos animales, y de la Abdala no hay nada publicado”. En todo caso, desde la ANM que encabezan los doctores Enrique López Loyo y Huniades Urbina-Medina, creen que la opinión de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud sería muy importante, ante de que los biológicos se apliquen en Venezuela
En medio de este panorama, la iglesia venezolana en la voz del cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, mostró disposición a colaborar en el avance del plan de vacunación nacional, dijo durante una entrevista con la emisora de Caracas Unión Radio.
“Se requiere la participación de todos y una planificación para que no sea como que estás repartiendo en una piñata a ver a quién le cae”. Acotó que el apoyo de la Iglesia será “sin protagonismo ni aplausos, porque lo que nos preocupa es la vida de todos”.