Todos estamos llamados a ser instrumentos de misericordia para los demás
Las obras de misericordia son mucho más que «buenas acciones”. Son la imitación de la misericordia de Dios.
Como nosotros somos objeto de la misericordia de Dios, del mismo modo estamos llamados a ser instrumentos de misericordia para los demás. Y la misericordia siempre es concreta.
Jesúscuraba a los enfermos, daba de comer a la multitud, perdonaba a los pecadores, enseñaba los caminos de Dios.
En las narraciones más conocidas del Evangelio están precisamente las «parábolas de la misericordia”: el buen samaritano que ayuda a un hombre herido, la oveja perdida salvada por el pastor, el hijo pródigo recibido por su padre. Pero también la parábola sobre perdonar hasta «setenta veces siete”.
Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (Catecismo de la Iglesia católica, 2447)
7 corporales y 7 espirituales
La Iglesia ha establecido 14 obras de misericordia inspirándose en los textos bíblicos y en las palabras del mismo Jesús, sobre todo en las del Juicio final: nos salvaremos si hemos sido misericordiosos, sobre todo hacia los pobres, con quienes Jesús se identifica.
Por simplicidad se han dividido en «corporales» y “espirituales», aunque las dos dimensiones están siempre unidas.
Dar de comer al hambriento
Dar de beber al sediento
Vestir al desnudo
Estas obras respectan el sustento del cuerpo pero son también el primer signo de reconocimiento de la dignidad humana.
Dar hospedaje al peregrino
Visitar al enfermo
Visitar al preso
«Dar» signficia compartir: los propios recursos materiales, pero también el tiempo y los talentos.
En una época, los cristianos eran quienes se encargaban de rescatar a los esclavos. Hoy hay nuevas formas de esclavitud de las que liberar a los hermanos.
Sepultar a los muertos: para los cristianos, el cuerpo es «templo del Espíritu”, por eso debe honrarse con una digna sepultura.
Dar consejo a quien lo necesita
Enseñar al que no sabe
Corregir al que se equivoca
No se trata de ser jueces de los demás, sino de practicar la corrección fraterna.
Consolar al triste
Perdonar al que nos ofende
Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
Estas tres acciones son las más “divinas», imposibles para el hombre si Dios no le da la fuerza
Rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.
También los difuntos necesitan nuestras oraciones para ser liberados de sus pecados.
Pero las obras de misericordia son mucho más de 14. Es el momento de dejar paso a la fantasía de la misericordia para dar vida a tantas iniciativas nuevas.
Papa Francisco – Carta apostólica Misericordia et misera
En un mundo que sigue generando nuevas formas de pobreza espiritual y material estamos llamados a dar un rostro nuevo a las obras de misericordia
En el ocaso de la vida, seremos juzgados en el amor. San Juan de la Cruz

