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Fueron 26 años de carrera como futbolista. Washington Sebastián Abreu, a quien coloquialmente se lo conoce como “El Loco”, durante ese tiempo disputó 851 partidos oficiales y convirtió 432 goles.
Pero el dato que más llama la atención es que ha pasado por 31 clubes, entre ellos equipos españoles, mexicanos, argentinos (entre ellos el propio San Lorenzo, equipo del cual el papa Francisco es hincha), brasileños, chilenos y naturalmente uruguayos. Pero también pasó por un equipo ecuatoriano, un paraguayo y hasta un salvadoreño, además de alguna incursión por Israel y Grecia.
Esta curiosa situación lo ha hecho ostentar el "récord Guinness" como el futbolista que ha integrado más clubes en el mundo. Un aspecto que este viernes 11 de junio ha tenido la última “locura”, pues Abreu decidió ponerle con 44 años punto final a su carrera. Lo hizo con un partido disputado en la capital de Uruguay junto al que era hasta ahora su actual equipo, Sud América (IASA).
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El “Loco” Abreu será recordado por múltiples aspectos. Desde lo deportivo, con su constancia y profesionalismo, también por su capacidad de haberse convertido en “trotamundos” vistiendo decenas de camisetas a lo largo del continente y también en Europa. Incluso, haciendo emocionar a millones de personas con sus goles debido a sus características de "número 9" (a pesar de llevar la 13 en su espalda) y goleador.
Para muchos uruguayos aún permanece en la retina aquella jornada histórica del 2 de julio de 2010 cuando pateó el último tiro desde el punto penal contra Ghana en el Mundial de Sudáfrica, gol que dejó al mundo boquiabierto por la manera en que lo lanzó y por haber permitido que Uruguay se metiera entre los cuatros mejores del mundo. La frase “'El Loco' la picó" se transformó en un auténtico lema.
Sin embargo, a lo largo de su camino como jugador también tuvo una compañía más que especial. Nada más ni nada menos que la Virgen del Verdún, por quien nunca ocultó su cariño.
Abreu, que es oriundo de una localidad uruguaya muy devota de la Virgen del Verdún (Minas en Lavalleja), no podía ser la excepción.
Es así que no han sido pocas las ocasiones en que este cariño por la Virgen ha sido manifiesto. Por ejemplo, desde llevar debajo de la indumentaria deportiva una remera especial en la que también está la Virgen, hasta tenerla tatuada en el brazo o incluso cumplir alguna promesa.
Uno de los gestos más recordados fue el día (2005) en que luego de la obtención del título con su querido Nacional de Uruguay tomó una bicicleta y junto al campeón olímpico uruguayo de ciclismo en Sídney 2000, Milton Wynants, hizo unos 100 kilómetros por carretera desde Montevideo al santuario de la Virgen del Verdún en Lavalleja. Él reconoció después que aquello fue “matador”, pero todo lo hizo para agradecer.
“La religión me ayuda a mi bienestar, pero no para pedir resultados. El que cree que hay que pedirle para ganar al Señor o a la Virgen, está equivocado. Uno pide salud y bienestar para la familia, que es lo que siempre nos da", dijo en alguna entrevista (ver aquí) en la que hacía referencia a los tatuajes en sus brazos en el que aparece el singular “Virgencita del Verdún”.
Pero “El Loco”, quien también siempre se caracterizó por su gran amor por una familia integrada por su esposa y cuatro hijos.
Fueron estas personas quienes también estuvieron a su lado en este momento crucial de su vida como jugador. Incluso, con un mensaje emocionante de su esposa, reproducida por su hija, y en el que da cuenta del orgullo y admiración.
La hija también hizo lo suyo en redes:
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Este viernes 11, luego de su último partido, Abreu ofreció una entrevista al programa informativo local Telemundo. Fue ahí donde, luego de mostrarle las imágenes del día, Abreu se emocionó y reconoció que le “cayó la ficha”. “Lindo de poderlo contar”, esbozó.
Abreu colgó los botines en una tarde nublada y fresca de junio en Montevideo. Lo hizo en una cancha humilde y junto a un equipo que pasó muchos años en la Segunda División del fútbol uruguayo. Se retiró de manera sencilla, goleado 5 a 0, y con la gente cercana que desde que comenzó el día lo llenó de contención. También estuvo la propia Virgen del Verdún, a quien tenía en vestuario antes de su última salida a la cancha como jugador.
En tanto, mientras el día transcurrió, muchos aún se preguntan, ¿habrá sido ésta la última “locura” de Abreu? El tiempo lo dirá y todo parece indicar que continuará vinculado al fútbol como director técnico, además de su incursión en los medios de comunicación.
Por lo pronto ahí está un jugador que dejó huella –hombre que pasó por varios países del continente- y que se transformó en ejemplo de alegría y perseverancia en el deporte.
