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El primer año de matrimonio es una etapa maravillosa de encuentro y descubrimiento, pero al mismo tiempo está cargada de cambios importantes y grandes desafíos.
Luego de haber pasado por la intensidad de la boda, de repente las cosas pueden sentirse muy diferentes. Se abre un escenario nuevo con costumbres y modos desiguales de hacer las cosas más normales como doblar la ropa o poner la mesa y eres más consciente de ello.
Comienzas a tener una responsabilidad legal en las finanzas de otro, tienes que actualizar licencias, pasaportes, decidir sobre cuentas conjuntas, dónde poner o guardar las cosas en casa y adaptar tus horarios. Y aunque esto a primera vista parezca que se trata simplemente de una mera convivencia, es mucho más que eso.
En la convivencia hay una salida relativamente fácil, mientras que en el matrimonio uno entra en una unión permanente donde hay más cosas en juego y por eso cada diferencia puede sentirse mucho más; algo que puede resultar difícil de aceptar sobretodo cuando estamos acostumbrados a ver la armonía de otras parejas que aparecen en las redes sociales.
La realidad es que comienzas a reconocer que tu experiencia del matrimonio no se parece a lo que ves fuera. Internamente estás luchando con los cambios, hay cosas que te molestan o que necesitan ajustarse y tal vez no las habías considerado o nadie te las había mencionado con mucho detalle antes.
El estrés puede fácilmente acumularse durante esa primera vez en la que compartimos todo, pero eso no significa que hayas cometido un error en haber dado el paso. El matrimonio es el ambiente propicio para el crecimiento. Su etapa inicial es un periodo lleno de aprendizaje y experiencias que son capaces de sentar las bases para una relación de amor duradera y feliz.
Cuando uno se casa sabe que está enamorado, pero tiene todo un camino por delante. Mientras va avanzando puede acceder a una sabiduría que es resultado de propias vivencias y errores, pero vale la pena también tener en cuenta aquellos consejos que son fruto de experiencias de vida de otras personas que ya han pasado por allí antes que nosotros.
Algunos principios vividos desde el comienzo son una manera más de decir “¡sí quiero!” a tu compromiso. Estos pueden ser un verdadero recurso y guía en esos primeros pasos como familia de dos para atravesar mejor los buenos y malos momentos haciendo que cada uno de ellos llenen de sentido tu primer año junto a la persona que amas y desde ahí, para siempre.
1. Este será uno de los años más divertidos y maravillosos de tu vida. Prepárate para aprender sobre ti misma, tu esposo y tu matrimonio.
2. Pon a tu esposo sobre tu familia de origen. Elígelo a él primero sobre cualquier otra persona, incluidos los que han estado siempre contigo.
3. Aprende a amar a tu esposo de tantas formas como sean posibles: intelectual, espiritual, emocional y física. El amor siempre se renueva y es infinito. No te conformes con poco y ábrete en cada una de las dimensiones de tu persona.
4. Cuando no estés de acuerdo con tu esposo, recuerda que él forma parte de tu equipo.
5. Aprende a estar a solas con tu suegra y cuida esa relación. Siempre estará presente.
6. Sé abierta y honesta con todo. Permite que tu esposo haga lo mismo sin críticas ni juicios.
7. Todos necesitamos asesoramiento de pareja en algún momento. Empieza temprano y conviértelo en algo natural para aprender a comprenderse mejor, comunicarse y apoyarse mutuamente.
8. Fertilidad o infertilidad. Esto no define el valor de tu matrimonio o el valor que tienes como persona.
9. Tu esposo no es tu compañero de cuarto. No busques una igualdad en el modo de lavar los platos, limpiar, cocinar o clasificar las cosas y doblar la ropa.
10. Comienza las tradiciones familiares de inmediato. No esperes a que lleguen los niños.
11. Está permitido hacer cosas por separado y es saludable encontrar un espacio personal. No tienes que pasar cada momento con él o hacer la misma actividad. Está bien que salgas y tengas amigos.
12. Busca refugio en Dios que es fuente de amor y reza por tu esposo y tu matrimonio. Recuerda que tu unión con él ha sido bendecida para siempre.
13. La transición a la vida matrimonial puede ser desafiante, difícil y estar llena de momentos inesperados. Ten paciencia.
14. Di las cosas de forma fluida, pero dilas literalmente y sin darle tantas vueltas.
15. Habla sobre tus finanzas en privado con tu esposo sin involucrar a otros.
16. Está bien discutir, pero no permitas que queden resentimientos porque eso dañará mucho tu relación si no se resuelven.
17. Toma nota de aquello que a tu esposo le guste o le interesa la primera vez que lo manifieste para que cuando llegue el momento de aniversarios u ocasiones especiales sepas qué hacer.
18. Siempre pide perdón, aun cuando sea algo pequeño y parezca insignificante.
19. Los comienzos suelen estar llenos de historias de superación, sacrificios y pequeños gestos y actitudes que luego serán un tesoro memorable. Es posible que luego no se repitan. Asegurate de dejarlos registrados de modo que algún día puedas volver a ellos.
20. Tu trabajo más importante es ayudarle a tu esposo a que encuentre la santidad en él y en su vida.
21. El hecho de que estés luchando no significa que la relación no funcione. Solo aprende a luchar con amor.