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La falta de apetito puede afectar a cualquier persona, en cualquier momento de su vida. Se trata de la disminución de las ganas de comer de forma momentánea o continua.
Dependiendo de sus causas y duración puede traer consecuencias para la salud como fatiga, cansancio; e incluso si esta situación se prolonga en el tiempo, puede ocasionar falta de calorías, vitaminas y minerales, adelgazamiento o deshidratación (estos dos últimos son más frecuentes en ancianos y niños).
Es muy importante conocer sus causas que pueden ser múltiples para así tratar y solucionar este problema, algunas de las más frecuentes son:
Patológicas, como pueden ser la anorexia, bulimia, cáncer, hipotiroidismo, problemas hepáticos, entre otros.
Medicamentos, algunos medicamentos que se toman en la quimioterapia o los antibióticos pueden provocar inapetencia.
Intolerancia, pueden haber ciertos alimentos que por alguna razón nos provoque cierta intolerancia.
Razones fisiológicas, como puede ser un simple cambio de estación, o el embarazo, o un cambio de dentición en los bebés.
Razones psicológicas, puede ocurrir cuando se está atravesando por ejemplo un duelo, o por depresión, ansiedad, estrés, cambios de trabajo o de casa, todos ellos pueden provocar una falta de apetito.
Es muy importante conocer la causa de nuestra falta de apetito, si vemos que está perjudicando nuestra salud y continuamos con la inapetencia por más de una semana debemos concurrir al médico; y si es algo pasajero es necesario buscar respuestas a lo que nos sucede en nuestro interior.
Para esto último el consejo de los monjes puede ser de gran ayuda, nos invitan a una meditación silenciosa.
El silencio es una de las pequeñas virtudes que se cultivan en los conventos y que muchas veces es necesaria buscar para tomar un descanso de la vida del mundo, un momento para reflexionar sobre nuestra vida personal, de encuentro con Dios.
Y nos brindan algunos consejos para hacer silencio:
Infusión de orégano: poner 20 gramos de flores secas en agua caliente; dejar en infusiòn hasta 2 minutos y colar. Beber 2 tazas al día.
Infusión dulcificada: beber media hora antes de una comida un vaso de infusión dulcificada, obtenida de 2 pizcas de manzanilla y 2 de Angélica, durante 10 minutos, en agua hirviendo.
Infusión de eufrasia: preparar una infusión colocando 20 gramos de eufrasia en 1 litro de agua hirviendo. Beber una taza antes de las comidas.
Manzanilla, desde siempre se conoce por sus propiedades digestivas, incluso en casos de inapetencia. Es antiinflamatoria, protectora, y reparadora de la membrana gástrica. Por lo tanto es recomendable para todas aquellas afecciones en las que esté afectado algún órgano del aparato digestivo. Además tiene propiedades sedantes suaves por lo cual es ideal en casos de insomnio, ansiedad, nerviosismo
Orégano, es una planta aromática utilizada como remedios naturales hace miles de años. Es antiinflamatorio, antioxidante, rico en minerales como el zinc, potasio, magnesio y vitaminas, además contiene fitoquímicos que ofrece potenciales beneficios para la salud.
Angelica, se caracteriza por estimular los jugos gástricos lo que le confiere propiedades aperitivas y digestivas, por lo que es utilizada para tratar digestiones pesadas y la pérdida del apetito. Además tiene propiedades sedantes, por lo que se usa frente a ansiedad, estrés, insomnio.
Eufrasia, los grandes herbolarios europeos del siglo XVI la tenían como uno de los mejores remedios para tratar dolencias oculares. Esta planta contiene flavonoides, que le confieren propiedades astringentes, antiinflamatoria, cicatrizante. Esto la hace una aliada para tratar digestiones pesadas, estimular el apetito, entre otras cosas.
Si se ha perdido el apetito, es necesario recuperarlo para mantener una buena salud y calidad de vida.
Tenemos que buscar alimentos que contengan zinc, magnesio y potasio. Así como también aquellos ricos en vitaminas A, B y C todos los días.
El zinc lo podemos encontrar en el chocolate amargo (con más del 80% de cacao), carnes rojas bajas en grasas, legumbres y arroz.
Los alimentos ricos en magnesio están en semillas oleaginosas, nueces, almendras, cereales de grano entero, verduras y legumbres.
En cuanto al potasio se lo puede encontrar en alimentos de origen vegetal, en las frutas como las bananas, peras, y la naranja. También el las papas, los aguacates, legumbres y frutos secos.
La vitamina A se encuentra en las frutas con pigmentos naranjas y rojos (remolacha, zanahoria), también en cereales integrales, legumbres, huevo, pescado, carne y algunos lácteos.
Además de intentar incorporar estos alimentos en nuestra dieta, es fundamental:
Recetas del libro: Recetas de abadías y conventos. Té de hierbas y remedios naturales. Para curar ¨los pequeños males¨ con dulzura. Oxígeno editores. Colombia, 2016.