En el marco de Pentecostés, la Renovación Carismática Católica de América Latina sigue trabajando sin cansancio por vivificar la Iglesia. Esto para llevar la experiencia del Bautismo en el Espíritu a más personas en el mundo. Un llamado que les ha reiterado en varias ocasiones el papa Francisco durante su Pontificado.
Son 54 años desde que el Espíritu Santo suscitó en Estados Unidos esta corriente espiritual, que se ha extendido a todos los continentes y tiene experiencias sólidas en todos los países latinoamericanos, región a la cual llegó en octubre de 1967.
Se dice, hoy por hoy, que aproximadamente 130 millones de personas en el mundo han sido impactadas por la efusión del Bautismo en el Espíritu dentro de la Iglesia.
Aleteia conversó en Colombia con Francisco "Pacho" Bermeo – teólogo, escritor y evangelizador–, quien hace más de 33 años empezó “su experiencia de fe dentro de la vivencia espiritual de la Renovación Católica Carismática”. Francisco ha servido pastoralmente en varios de sus componentes y es un gran conocedor del tema.
Explica que durante el Jubileo de Oro de la Renovación Carismática Católica, en Roma (2017), en el cual él participó, el Sumo Pontífice les pidió que volvieran sobre cuatro bases. Se trata de la experiencia del Bautismo en el Espíritu, que es el ADN de la Renovación; alabar a Dios sin cesar; retornar a sus raíces ecuménicas y ser testigos del amor de Dios a través del servicio a los más pobres y necesitados.
La invitación al servicio es una realidad en el lema de la Renovación en América Latina para este año: sirviendo a los más necesitados. Aquí se marca el énfasis pastoral bajo el cual están trabajando. Sigue claramente la dimensión social representada en reconocidos líderes carismáticos como el fallecido obispo mexicano, de la diócesis de Coatzacoalcos, monseñor Carlos Talavera. En este caso uno de los grandes pioneros de la Renovación en México que hizo un gran trabajo en la formación de la gente en el servicio social.
Como lo mencionamos, esa corriente espiritual está en todos los países de la región, incluidas las naciones francófonas. Aunque es considerada un movimiento dentro de la Iglesia, es mucho más que eso. Su objetivo no es tener más miembros, es ser experiencia transversal llamada a permear todos los ámbitos de la Iglesia.
Esta misión de extender la experiencia carismática por el mundo recibió un impulso durante la actual pandemia. Sucedió gracias a que las plataformas virtuales contribuyeron a multiplicar varios de sus componentes. Esto porque la Renovación tiene grupos de oración, comunidades de vida, escuelas de evangelización, ministerios, editoriales, medios de comunicación, etc.
Al preguntarle cuáles son los países en los que esta corriente tiene mayor fuerza actualmente, asegura que aquellos que cuentan con mayor número de habitantes, como Brasil y México. En estos países ha tenido oportunidad de predicar ante 30 mil jóvenes en un mismo escenario. Sin embargo, hay casos como Panamá, con cerca de cuatro millones de habitantes, donde se han llegado a reunir 14 mil jóvenes en un encuentro. Sin duda una cifra alta comparada con su población.
El reto es no perder de vista la actual situación eclesial y social. Para ello garantizar que el carisma fundamental sea el acompañamiento, solidaridad y empatía con quienes lo están pasando mal en la compleja situación que vivimos.
Como hemos mencionado, el papa Francisco ha estado muy cerca a la Renovación y su interés ha sido fortalecerla y apoyarla. En ese sentido, creó en 2019 CHARIS, el Servicio Internacional para la Renovación Carismática Católica, por sus siglas en inglés. Es un Servicio de Comunión para que la Renovación Carismática y toda la Iglesia sepan que la Renovación Carismática pertenece plenamente a la Iglesia universal.
Precisamente este órgano está invitando a la Vigilia Ecuménica Internacional de Pentecostés. La misma se lleva a cabo este sábado 22 de mayo y unirá cuatro lugares emblemáticos: Roma, Topeka (Kansas), Jerusalén y Buenos Aires. La invitación es a todas las naciones a que se unan en oración para clamar por más Espíritu Santo.