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El papa Francisco ha recibido en audiencia al presidente de Argentina, Alberto Fernández, en el estudio del Aula Pablo VI del Vaticano esta mañana, 13 de mayo de 2021, después de cuatro meses y medio de la aprobación de la ley de aborto en la patria de Bergoglio. El ‘clima’ ha sido definido como “cordial” por parte de la Santa Sede. La reunión duró 25 minutos, menos que la anterior, que había sido de 44 minutos.
En la Ciudad del Vaticano es día feriado, pero no porque haya llegado de visita el presidente, sino porque es fiesta de la Ascensión del Señor. Por ello, era el único compromiso papal de la jornada; el encuentro solicitado por el mandatario al Papa en el marco de su gira por Europa para obtener apoyos en la negociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El Papa nunca se niega a recibir a un jefe de Estado y especialmente, ante la contingencia de una mayor crisis social para su patria en plena pandemia. Sin embargo, el momento no era de los mejores, dado el apoyo del gobierno argentino a la aprobación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que legalizó el aborto en la patria del primer papa originario de esa nación.
Con la polémica en EE.UU sobre el deseo de los obispos de negar la comunión al segundo presidente católico de la historia por su apoyo al aborto, en el caso de sus homólogos argentinos el planteamiento es pastoral; libertad de culto y defensa de la vida. Fernández, católico, no corre el riesgo de Joe Biden. Pero, la relación con la Iglesia es esa: ’diplomática’ y de trabajo para enfrentar la crisis socio-sanitaria debido a la pandemia.
La prensa no fue admitida a causa de las restricciones por el covid-19. Así que el mandatario se lleva a casa la foto con Francisco que luce serio, incluso sentados uno de frente al otro, parecería viendo el lenguaje del cuerpo, que la conversación es sobre asuntos tensos, extraordinarios, que rebasan el plano personal.
Por su parte, el papa Francisco apoya, y no por un favor a la gestión de su paisano, la reestructuración de la deuda de los países del sur, entre ellos la Argentina, en dificultad financiera y económica en la peor pandemia del siglo.
Su preocupación es la población que sufre la pobreza, que ha pasado del 40,8% en 2019 a 44% en 2020, según un informe de la Universidad Católica de Argentina. Se trata de 20,3 millones de personas. El Papa sostiene abiertamente la renegociación de la deuda. No es un secreto, ni un ‘cheque en blanco’ de apoyo a la Casa Rosada.
La ‘maquina vaticana’ se ha puesto al servicio de la causa de la deuda argentina, organizando un evento a ‘doc’ para abrir el diálogo a una negociación internacional. Nada casual ha sido la visita de la comitiva de Fernández a la sede de la Pontificia Academia de las Ciencias, que preside como canciller el monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, y que será sede este viernes del seminario "Soñando un mejor reinicio", en el que participarán el ministro argentino de Economía, Martín Guzmán y la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
Por su parte, el Vaticano informó en un escueto comunicado que se conversó sobre “la situación del país, con especial referencia a ciertos problemas como la gestión de la emergencia pandémica, la crisis económica y financiera y la lucha contra la pobreza, señalando en este contexto la importante contribución que la Iglesia católica ha ofrecido y sigue asegurando. Por último, se mencionaron algunas cuestiones regionales e internacionales”.
En este último punto, varios obispos ya se habían lamentado con el gobierno por la prohibición de las misas públicas en los templos en los distintos distritos de la Argentina.
Alberto Fernández además conversó 40 minutos con el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, y monseñor Paul Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados.
En el segundo encuentro que mantuvo el Papa con Fernández a solas, desde que fue elegido presidente, hubo tiempo para el tradicional intercambio de regalos:
Francisco le entregó al Presidente "un mosaico que representa al hombre y la mujer que responden a la invitación del Señor en el Génesis (Gen 2:15) para que cultiven la tierra, cuidándola". La escritura junto al mosaico dice: "Que el fruto de la tierra y la obra del hombre se conviertan para nosotros en el alimento de la vida eterna”.
Por su parte, Fernández le llevó al líder de la Iglesia productos orgánicos de miel y de la 'cocina del papa Francisco' un programa con jóvenes recuperados de adicciones en hogares de la Villa 31, una medalla por el aniversario de la Guerra de Malvinas, una estola de la Basílica de San José de Flores y una estatuilla de San José (réplica de la que está en la basílica) con una estampita de Luján. Además, le entregó una colección de la Divina Comedia traducida y un libro biográfico del músico Enrique Santos Discépolo.
Acompañado por la primera dama Fabiola Yañez y su comitiva, el Presidente arribó a las 4.50 hora argentina (9.50 hora de Roma) al Vaticano, donde fue recibido por autoridades de la Casa Pontificia y un cordón de honor de la Guardia Suiza.