La imagen se ha hecho viral y desde hace unos días lo acontecido con un profesor de 87 años sigue dando vuelta a lo largo y ancho de los portales de internet a nivel global.
El nombre del protagonista es Marcelo Siquieira. El medio local RPC ha dado a conocer lo que hicieron personas que lo conocían muy bien: los exalumnos.
Es que según las crónicas, agobiado por las deudas, debió desprenderse de algo que apreciaba mucho un Volkswagen Beetle, más conocido como “escarabajo”, un modelo de 1972.
A este docente jubilado era común verlo por las calles disfrutando junto a su “joyita”. Esto, hasta que finalmente tuvo que decirle adiós en plena pandemia. Sin embargo, fue tanto lo que cosechó durante su trabajo (a través de disciplinas como Historia y Geografía) como profesor que, de manera inmediata, una vez conocida la noticia, surgió la iniciativa de volver a comprarle el carro a aquel querido profesor.
Una vez sucedido esto fue momento de la sorpresa. El profesor no pudo contener las lágrimas. Desde ese momento, lo sucedido, ya puede ser considerado como como pequeña señal de amor en medio de una situación que todos los días genera dolor.
Lo sucedido con este profesor puede también ser interpretado por un gesto que pasa por lo material. Sin embargo, va más allá y esconde la huella que ha dejado en sus alumnos tantos años de perseverancia y educación. Pero acontece en el marco de la pandemia del coronavirus y la hora más difícil de Brasil.
El “gigante sudamericano” no ha dejado de batir récords en las últimas semanas. Recientemente ha pasado la barrera de las 400.000 personas fallecidas. Desde que llegó la pandemia a ese país se llevan contabilizados a nivel oficial más de 14 millones de casos positivos.
Lo que acontece en Brasil, que preocupa a nivel regional también por el impacto de la cepa de Manaos (P1) ya presente en varios países de alrededor, tampoco ha dejado de golpear al corazón de la Iglesia.
La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) informó a fines de abril la muerte por coronavirus de monseñor Segismundo Martínez Álvarez, obispo emérito de la diócesis de Corumbá. Este obispo (salesiano) nacido en España se transformó en el séptimo víctima de la pandemia en Brasil. Pero el coronavirus sigue golpeando con fuerza al pueblo fiel, además de haber generado restricciones en las celebraciones presenciales.
“En la oración por el alma de monseñor Segismundo, damos gracias a Dios por más de cuatro décadas dedicado como misionero salesiano a la Iglesia en Brasil y al carisma de la educación, especialmente a la Iglesia privada de Corumbá. Los relatos dan testimonio de la serenidad y la profunda experiencia de la fe como marcas del ministerio de este pastor”, decía la nota de la Iglesia.
Es por todo esto que esto gestos, como lo de los alumnos con su querido profesor, representan un bálsamo. Uno más, por más pequeño que sea, que hace las veces de luz en medio de tanta oscuridad.