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Cuando en 2015 el Papa Francisco escribió la Encíclica Laudato Si se propuso presentar, desde una perspectiva de la fe, como vivir hoy la responsabilidad del cuidado de la Tierra. Y la pregunta central que nos formuló el Papa fue: “¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que ahora están creciendo?”.
En la Biblia, Dios nos invitó a labrar y cuidar del jardín del mundo (Génesis 2, 15), es decir, a tener una relación de reciprocidad responsable entre nosotros y la naturaleza. De tal manera que “cada comunidad tome de la tierra lo que necesite para su supervivencia, pero también tiene el deber de protegerla y de garantizar la continuidad de su fertilidad para las generaciones futuras”.
Alma de botánico
Por esta razón, si te gusta observar el ciclo de las estaciones, tienes facilidad para identificar plantas y árboles y te sorprendes del cambio que produce la vegetación sobre el territorio, no hay duda: ¡tienes alma de botánico!
Además, si tienes niños en casa, no hay nada mejor que realizar con ellos un herbario. De esta forma, ellos conocerán y serán capaces de distinguir las diferentes plantas y flores a su alrededor y aprenderán a valorar el medioambiente.
Un herbario es una recopilación de plantas, o parte de ellas, secadas, conservadas e identificadas por su nombre científico y vulgar, y contiene también información relativa al lugar y fecha de recolección, al tipo de terreno, color o aspecto de hojas o tronco.
Los botánicos utilizan los herbarios para estudiar e identificar nuevos tipos de plantas y su evolución, para comprobar cómo les afecta el cambio climático, o para mejorar algunas formas de cultivos.
El 22 de abril se conmemora el Día Internacional de la Madre Tierra. Establecido por la ONU para mentalizar sobre la importancia de conservar la naturaleza, es una fecha para recordar la importancia de educar, desde edades tempranas, sobre el valor de la biodiversidad y el respeto al medioambiente.
El objetivo es que los futuros ciudadanos cuiden el planeta y lo conozcan. Y que mejor que empezar elaborando un herbario en familia.
Razones para realizar un herbario
¿Os animáis a empezar esta actividad en familia?
¿Se te ocurren más razones?
Con la ayuda de los niños podemos ir recogiendo flores, hojas de árboles o plantas durante todo el año, para añadirlos a nuestro herbario familiar.
Pasos para elaborar un herbario
Veamos cómo podemos hacer un herbario paso a paso, y con distintas ideas.
1Recolección de muestras
Para realizar el herbario necesitamos recolectar muestras de plantas y árboles, ya sean flores, hojas, ramas, o frutos.
¿Qué material necesitamos? Tijeras, una carpeta con separadores para introducir cada muestra o una bolsa donde guardarlas hasta llegar a casa. Mejor si las envolvemos en papel de periódico.
¿Cuál es el mejor momento para la recolección? Al mediodía o por la tarde, así evitamos el exceso de humedad.
¿Dónde podemos coger muestras? Mejor en un campo o bosque cercano a casa. En ocasiones no está permitido recolectar plantas de los parques o jardines públicos.
Consejo: Adquiere solo plantas o hojas de árboles que conozcas, ya que existen especies protegidas o venenosas.
2Secar y prensar las muestras vegetales
Al llegar a casa debemos sacar las muestras cuidadosamente e iniciar el proceso de secado y prensado. De esta manera podremos conservarlas en nuestro herbario durante mucho tiempo.
Para asegurarnos de que las muestras se sequen bien, debemos prensarlas durante un par de semanas como mínimo.
¿Qué material necesitamos? Papel secante, de periódico o de cocina y trozos de cartón del mismo tamaño que el papel.
Para prensar las muestras, las pondremos sobre el papel (de periódico o secante) con cuidado de que no se arruguen y no se toquen unas con otras. Pondremos un cartelito con el nombre del árbol o planta, para que no se nos olvide. Iremos colocando unas encima de las otras y podemos aplicar un cartón encima y otro debajo.
Finalmente, si utilizamos una prensa casera, la cerramos. También podemos utilizar unas cuerdas apretadas. Pero lo más habitual es apilar peso encima de las muestras. Normalmente, libros y otro objeto de peso.
Consejo: Ir revisando el estado de las plantas y si es necesario, al cabo de unos días, cambiar el papel absorbente si tiene exceso de humedad.
3Montar las muestras en el herbario
Una vez finalizado el proceso de secado y prensado de las muestras de plantas y árboles, es el momento del montaje de nuestro herbario familiar.
¿Qué material necesitamos? Dependiendo de cómo queramos presentar el herbario podemos utilizar:
Montaje: Podemos añadir una portada a nuestro herbario familiar y pegarlo al cuaderno o a la carpeta con anillas. Así quedará más personalizado.
Aquí podéis descargaros algún diseño.
Después, en cada cartulina o papel fijaremos la muestra vegetal con cinta adhesiva o con pegamento. En el caso de que hayamos recolectado semillas o flores, podemos añadir un sobrecito de papel (o una bolsita transparente) y pegarlo en la parte superior de la cartulina para guardar ahí las semillas.
En la parte inferior derecha pondremos la información de la muestra en su ficha.
Dependiendo de la edad de los niños, podemos proponerles que únicamente escriban en cada una de las hojas el nombre de la planta (nombre común y nombre científico).
Podemos proteger las muestras de plantas, colocando una hoja de papel vegetal encima de cada una. Nuestro herbario quedará mejor “vestido”.
4Realizar las fichas con la información
Los mayores pueden completar el herbario introduciendo una ficha en cada una de las muestras en las que se pueden incluir más o menos datos sobre la planta:
Aquí podéis descargaros algún diseño de la ficha informativa.
En cualquier caso, y como hemos indicado antes, un herbario es un trabajo muy creativo. Así que, si no quieres construir un herbario puramente científico, los niños y tu podéis añadir otro tipo de notas.
Por ejemplo, podéis escribir pensamientos, leyendas, refranes e historias relacionadas con la muestra. O hacer un dibujo o agregar una foto del paisaje.
En definitiva, se trata de pasar un tiempo en familia, disfrutando y aprendiendo al aire libre de la naturaleza y el medioambiente. Algunos santos, como San Francisco, nos acompañarán en este camino, ya que “es el ejemplo por excelencia del cuidado por lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría”, como nos recuerda el Papa Francisco.