El papa Francisco ha vuelto a reflexionar sobre la propiedad privada. En su homilía de este domingo afirmó que compartir “no es comunismo, es cristianismo en estado puro”.
Los discípulos de Jesús - indicó Francisco- compartían para que a nadie le faltara nada.
“Ahora -continuó- comparten todo, tienen "un solo corazón y una sola alma" (Hch 4,32).
¿Cómo cambiaron tanto? Vieron en los demás la misma misericordia que había transformado sus vidas”.
Los discípulos descubrieron “que tenían en común la misión”, además del “perdón y el Cuerpo de Jesús; compartir los bienes terrenos resultó una consecuencia natural”, anotó.
Así -destacó el Papa- citando el texto: "no había ningún necesitado entre ellos" (v. 34).
Sus temores se habían desvanecido tocando las llagas del Señor. […] Porque allí está Jesús, en las llagas de los necesitados” (11.04.2021).
El pasado mes de noviembre, el Sucesor de Pedro había indicado que el derecho a la propiedad no está por encima de la justicia social.
El mensaje del Papa a favor de sociedades más justas y fraternas está presente en la encíclica Fratelli Tutti.
En dicho documento remarca la función social de la propiedad privada (punto 120). Asimismo, cita a Juan Pablo II y a Benedicto XVI.
De hecho, es emblemático el Padrenuestro, la oración cristiana por excelencia, en cuya formula piadosa se pide a Dios “el pan de cada día”.
“El pan cotidiano no es propiedad privada […] es providencia para compartir y oportunidad para salir al encuentro de los demás, especialmente de los pobres y los necesitados”, (Audiencia 27.03.2019), subraya Francisco.
“Alimento, agua, casa, medicinas, trabajo”, son necesidades - según el líder de la Iglesia católica, representadas en el pan, “que significa lo necesario para la vida”.
En efecto, el Papa considera esenciales para el bien común que nadie sea excluido de las llamadas 3 T: Tierra, Trabajo y Techo.
Y desde el inicio de su pontificado ha indicado que la bandera de los pobres es cristiana, luego 'robada' y enarbolada por el comunismo.