De san Dimas conocemos lo esencial de su biografía por el relato del Evangelio: que era un ladrón condenado a muerte, y que el mismo Jesús lo proclamó santo aun estando vivo.
Cuando Jesucristo estaba en la Cruz, narran los evangelistas que junto a él había otros dos crucificados. San Lucas lo describe así:
De ladrón a santo
De este modo, san Dimas pasó de ser un ladrón a mostrar arrepentimiento y lograr que Jesús le abra las puertas del Cielo.
En la historia de san Dimas todos vemos la misericordia de Dios, que se apiada de cada persona sea cual sea su pasado. Lo único que reclamará el Señor es el amor de un arrepentimiento sincero.
En el salmo 51 dice Dios por boca del rey David: "Cor contritum et humiliatum Deus nos despicies", que significa
Santo patrón
San Dimas es el patrón de los condenados a muerte y de los ladrones arrepentidos. Popularmente se le encomienda recuperar los objetos robados o perdidos. También es abogado para una conversión a tiempo.
Oración a san Dimas, el buen ladrón, por nosotros
Oh bienaventurado ladrón, que recibiste la gracia de compartir los sufrimientos de mi Salvador.
Junto a Jesús clavado en su cruz estabas tú, donde hubiera querido estar yo: pecador arrepentido, y compasivo.
Tu cabeza inclinada hacia el divino crucificado es también la imagen de la mía.
La mayoría de los hombres han amado a Cristo en sus milagros y en su gloria.
Pero tú le has amado en su abandono, en sus dolores, en su agonía.
Obtenme a mí, que también soy ladrón, que a la hora de mi muerte reciba piedad, y ternura,
y que los últimos latidos de mi pobre corazón sean como el tuyo,
en unión de amor con el de Cristo Jesús muriendo por nosotros.
Amén.
Oración a san Dimas para encontrar algo robado o perdido
Oh, glorioso san Dimas,
llamado por la iglesia el Buen Ladrón,
ya que tú fuiste un ladrón bueno y justo,
te pido que hagas aparecer mi animal,
objeto o prenda extraviada lo más pronto posible.
Oh, glorioso san Dimas,
te suplico que intercedas por mí
ante Dios Nuestro Señor,
para que ablande el corazón de la persona
que me ha robado,
para que me devuelva mis bienes
sin que nadie se dé cuenta.
Oh glorioso san Dimas,
en ti pongo mi fe y mi confianza,
sé que tú pedirás a Dios Nuestro Señor
que haga este milagro.
Santo mío,
me pongo bajo tu protección y amparo
confío y espero este prodigio,
que tú no me negarás.
Oh, Dimas penitente,
el ladrón más feliz,
si cuando estabas en la cruz cuidabas tanto de ti,
ahora que reinas en el cielo con Cristo,
acuérdate de mí y de todos los fieles cautivos,
de los que en el purgatorio están más necesitados,
y de los obstinados pecadores.
Ruega también al que te guió al paraíso,
y por la mediación de la Santísima Virgen María,
que me lleve, cuando llegue el momento,
junto a ti a gozar eternamente en su Trono.
Oh, misericordioso Jesús,
abrasado en ardiente amor de las almas,
por mediación de vuestro siervo san Dimas,
os ruego atendáis mis suplicas,
lo pido por las agonías de vuestro Sacratísimo Corazón
y los dolores angustiosos de vuestra Santísima Madre.
Amén
(Especificar la petición y rezar tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias).