El papa Francisco ha tenido su primer encuentro con los cristianos de Irak en la Catedral Sirio-Católica de Nuestra Señora de la Salvación en Bagdad; este viernes, 5 de marzo, en la tarde.
Un lugar emblemático, símbolo de la “Iglesia mártirizada” de Irak, donde murieron 48 cristianos -entre ellos dos sacerdotes- y unas 70 personas resultaron heridas. El templo fue objetivo de dos atentados terroristas, uno de los cuales, el 31 de octubre de 2010, perpetrado por el autodenominado Estado Islámico.
“Su muerte nos recuerda con fuerza que la incitación a la guerra, las actitudes de odio, la violencia y el derramamiento de sangre son incompatibles con las enseñanzas religiosas“. Asimismo, recordó a todas las víctimas de la violencia y las persecuciones, pertenecientes a cualquier comunidad religiosa.
Su sacrificio debería inspirar a los cristianos a renovar su “fe en la fuerza de la Cruz y su mensaje salvador” de perdón, reconciliación y renacimiento. Francisco saludó así el compromiso de los cristianos de Irak de ser “pacificadores”, sembrando las semillas de la reconciliación y de la convivencia fraterna e ir más allá del martirio para consolidar la fe que es vida y comunión.
Precisamente, el Papa, 84 años, mañana, en Ur, encontrará a “los líderes de las tradiciones religiosas presentes en este país, para proclamar una vez más nuestra convicción de que la religión debe servir a la causa de la paz y de la unidad entre todos los hijos de Dios”.
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“Sabemos qué fácil es contagiarnos del virus del desaliento que a menudo parece difundirse a nuestro alrededor. Sin embargo, el Señor nos ha dado una vacuna eficaz contra este terrible virus, que es la esperanza que nace de la oración perseverante y de la fidelidad cotidiana a nuestro apostolado”, dijo el Papa Francisco en la sede de la Archieparquía sirio-católica de Bagdad.
A su llegada, el Papa ha sido recibido en la entrada de la Catedral por Ignace Youssif III Younan, Patriarca de Antioquía de los Sirios, y el Arzobispo Ephrem Yousif Abba. Los discursos de bienvenida estuvieron a cargo del Patriarca Sirio Católico y del Presidente de la Asamblea de Obispos Católicos de Irak, Louis Raphaël Sako, Patriarca de Babilonia de los Caldeos.
“En los últimos años hemos estado sometidos a muchas dificultades, peligros y persecuciones, y el mejor testimonio es esta catedral de los católicos sirios en la que estamos reunidos”, afirmó el cardenal Louis Raphaël Sako.
El Cardenal Sako dijo que a pesar de todo el dolor, la comunidad cristiana ha conservado la fe. “En agosto de 2014, el ISIS expulsó a los 120.000 cristianos de la llanura de Nínive y Mossul, y damos gracias a Dios porque estas zonas fueron liberadas en 2017 y el 50% de sus habitantes han regresado”.
En la plaza frente a la Catedral, 12 personas discapacitadas con sus cuidadores recibieron la bendición y la sonrisa del Papa.Presentes en el evento, un centenar de personas debido a las restricciones por la Covid-19.
Dos jóvenes le entregaron flores al Papa que las colocó delante del tabernáculo, donde se detuvo en silencio durante un breve momento de oración.
Un gesto pió en la catedral donde también están sepultados, los sacerdotes, Thaer Saadulla Abdal y Waseem Al-Qas Boutros, asesinados brutalmente por cuatro terroristas islámicos, el 31 de octubre de 2010.
“Que vuestro testimonio, madurado en la adversidad y fortalecido por la sangre de los mártires, sea una luz que resplandezca en Irak y más allá, para anunciar la grandeza del Señor y hacer exultar el espíritu de este pueblo en Dios nuestro Salvado”, dijo el Papa tras concluir su encuentro con los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y catequistas de Irak.
Al final, tras el rezo del Padre Nuestro y la bendición final, el Papa ha saludado individualmente a los obispos y luego posó con ellos para una foto de grupo.
Tras firmar en el Libro de Honor, el Papa salió de la Catedral y se trasladó en coche a la Nunciatura Apostólica de Bagdad, donde es recibido por el personal.
Hoy celebramos a...