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El Vaticano exige a empleados vacunarse contra la Covid-19

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 18/02/21
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Un decreto de la gobernación indica que los trabajadores vaticanos pueden ser trasladados o despedidos. El Vaticano aclaró el decreto (actualización)

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Un decreto de la gobernación de la Ciudad del Vaticano indica que los trabajadores que se nieguen injustificadamente a recibir la vacuna contra la Covid-19 pueden ser trasladados o en algunos casos despedidos u obligados a ir en pensión. Sucesivamente, en una nota aclara que se respetará la voluntad del empleado, sus derechos y se encontrarán “medidas alternativas”.

La norma considera los casos de empleados vaticanos que estén al servicio del público o que por su actividad de seguridad se encuentran expuestos a contagios y puedan representar un riesgo para sí y para los otros. El Vaticano en un primer momento publica un decreto tajante y luego explica que no se trata de normas para castigar a los empleados con ideas No Vax o No Mask. 

Desde el inicio la vacunación de los empleados del Vaticano fue considerada voluntaria. Sin embargo, el gobierno central de la Ciudad del Vaticano preveía para quienes se nieguen, “consecuencias de diverso grado que pueden llegar hasta perder el empleo”.

Así lo establece un decreto sobre emergencias de salud pública del 8 de febrero de 2021, firmado por el presidente de la Comisión Pontificia del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Giuseppe Bertello.

Nota sucesiva al decreto

En otra comunicación publicada hoy en la tarde, después de que los titulares en varios medios clamarán a sanciones, la gobernación vaticana atenúa la cuestión:

“La salvaguarda de la comunidad puede contemplar, para la persona que se niega a la vacunación en ausencia de razones de salud, la adopción de medidas que, por un lado, minimicen el peligro en cuestión y, por otro, permitan encontrar soluciones alternativas para el desempeño del trabajo por parte de la persona afectada”.

Ninguna forma de represión contra el trabajador, reafirma el Vaticano:

“La referencia a las preexistentes Normas para la protección de la dignidad humana y de los derechos fundamentales que deben observarse en los controles de salud con vistas a la contratación de personal y durante la relación laboral y Normas para la protección de los trabajadores que padezcan determinadas enfermedades graves o en condiciones psicofísicas particulares de 18 de noviembre de 2011 debe considerarse”.

Y por tanto:

“Como una herramienta que en ningún caso tiene carácter sancionador o punitivo, sino que pretende permitir una respuesta flexible y proporcionada al equilibrio entre la protección de la salud de la colectividad y la libertad de elección individual sin poner en marcha ninguna forma de represión contra el trabajador”.

Controles sanitarios

El artículo 6, apartado dos, establece que “el trabajador que sin razones sanitarias probadas se niegue a someterse (a los controles sanitarios preventivos o a una profilaxis que implique la administración de una vacuna “para proteger la salud de los ciudadanos, de los residentes, de los trabajadores y de la comunidad laboral”, ed.) está sujeto” a las responsabilidades y consecuencias establecidas en el Rescritto Ex Audientia SS.MI”. 

La ley establece que “la negativa a someterse a los exámenes preventivos o periódicos programados y a los exámenes de salud de oficio, así como la renuncia a la continuación de los exámenes preventivos, periódicos o de oficio ya iniciados, dará lugar a consecuencias de diversa índole para los trabajadores que podrán llegar hasta el despido”. 

Para los candidatos a un empleo, esto equivale a la renuncia al establecimiento de la relación laboral”.

Aclaración del Vaticano [Actualizado]

Asimismo, el 18 de febrero, en una nota de aclaración al decreto, el Vaticano afirma que el objetivo es dar una respuesta normativa urgente para garantizar el bienestar y la salud de la comunidad de trabajo, de los ciudadanos y de los residentes. 

La nota indica la importancia de la protección individual del trabajador y, al mismo tiempo, la protección colectiva del entorno de trabajo en caso de que se produzca un evento que pueda constituir una emergencia de salud pública.

Por lo tanto, la adhesión voluntaria a un programa de vacunación debe tener en cuenta el riesgo de que cualquier negativa por parte del interesado pueda constituir un riesgo para sí mismo, para los demás y para el entorno de trabajo.

Los Papas ya están vacunados

El decreto cita una norma vaticana suscrita antes del Covid-19 que prevé el despido para aquellos que rechacen los controles médicos necesarios para no ser un peligro para sí mismo y para los demás.

El Vaticano ha recibido, al igual que Italia, el suministro de vacunas de Pfizer BioNTech, almacenadas en el frigorífico, que prevén la administración de dos dosis, la segunda 21 días después de la primera.

El Papa Francisco de 84 años y el Papa emérito Benedicto XVI han recibido ya la segunda dosis la primera semana de febrero. Las vacunaciones deberían continuar durante al menos otras tres semanas.

El Vaticano libre de Covid-19

El pasado 25 de enero, la gobernación del Vaticano anunció una campaña de vacunación para sus empleados. La Dirección de Salud e Higiene ha sido la encargada de la vacunación y garantizar la administración de las dosis a toda la población del Estado. 

Los ciudadanos vaticanos son 618, de los cuales solo 246 habitantes. Además viven dentro de sus murallas 453 personas, entre ciudadanos y no. La vacunación involucraría a los casi 5 mil empleados, pero también a sus los familiares que disfrutan de la asistencia sanitaria. En total, la cifra supera los 7.000. 

En efecto, la Ciudad del Vaticano, además de Israel, podría ser el primer país del mundo en vacunar a toda su población. Esto sería un dato simbólico dado que el Estado más pequeño del mundo está dentro de Italia; un país que todavía no sale de la emergencia.

Vacunas para los más pobres 

Francisco ha declarado varias veces que la vacunas deben llegar a los pobres y a los países de las periferias. En este sentido, ha promovido una vacunación inclusiva dentro del Vaticano. 

El Papa ha querido que en el puesto médico instalado en la sala de audiencias del Aula Pablo VI del Vaticano se suministrara la vacuna a un primer grupo de unas 25 personas sin techo asistidas permanentemente por la Limosnería Apostólica. 

Además, se vacunó a los cerca de 70 periodistas que seguirán a Francisco en el vuelo papal a Irak (5-8 de marzo). 

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