Existen muchas visiones de felicidad y positivismo brindadas por “escuelas de felicidad” que centran su atención en la capacidad humana para autodeterminarse y declararse “exitoso”.
Podemos darnos cuenta con frecuencia de que los esfuerzos humanos son limitados y de que si colocamos nuestra seguridad sólo en estos, podemos llegar a sentirnos defraudados.
Varias situaciones problemáticas de la realidad lo prueban. Por ejemplo, en el último año con la aparición de la pandemia nos percatamos de nuestra vulnerabilidad.
Confiar es fundamental y la confianza en la vida cristiana está puesta en Dios. Él nos ofrece su gracia, nos regala dones y nos concede ser fortalecidos y guiados hacia el encuentro de lo mejor, como lo expresa el salmista:
“El Señor es mi luz y mi salvación: ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida: ¿de quién me asustaré? Salmo 27 (26)
Una actitud positiva frente al futuro
Esa confianza desarrolla y fortalece una actitud positiva ante la vida, ante mí y ante a los demás. Y ello principalmente gracias a la experiencia del amor divino que nos lleva a vivir con pasión el hoy y a aguardar con optimismo el mañana.
Trabajar y mantener esta actitud interior frente a la vida y el futuro es la invitación que hace la red social de oración Hozana para este nuevo año.
2021: Manos a la obra
Fray Ángel Córdoba, agustino recoleto, considera que es importante tener una espera activa, es decir, “ponerse manos a la obra” en la confección de nuestro proyecto de vida cada año.
“Dios nos entrega la responsabilidad de la construcción de nuestras vidas; ciertamente los bienes divinos son don y también conquista. Para ello, gozamos de la presencia permanente e irrenunciable del Señor que ilumina y alegra nuestra existir y que nos hace protagonistas de nuestra propia historia”.
Lo afirma Fray Ángel, quien estará animando en Hozana el retiro en línea “12 días para comenzar muy bien el año”, abierto a cualquier persona.
12 días para el arte y el optimismo
El retiro presenta una serie de 12 meditaciones en audio que apuntan a animar a cada participante, jóvenes y adultos, a cultivar la actitud para tener arte y parte en la transformación del mundo.
Se trata de lograr un cambio en nuestras vidas al ir al encuentro con Dios de manera cotidiana. Esto nos ayuda a privilegiar nuestra relación con Dios y a vivir poco a poco, la experiencia del amor, que trae como fruto el optimismo ante la vida.
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