Gracias a la invención de la fotografía en 1839, varios fotógrafos inmortalizaron Notre-Dame de París. Unos testimonios preciosos que permiten, en la actualidad, echar un vistazo a la catedral antes de los trabajos de Viollet-le-Duc¿Cómo imaginar una época en la que los parisinos conocieron una Notre-Dame sin aguja? Desmontada en 1786 debido a su peligrosidad, la aguja medieval de la catedral desapareció del paisaje parisino durante más de medio siglo. Algunas fotografías dan testimonio de aquella época lejana. Los más atentos observarán en las fotos que las estatuas de la galería de los reyes habían desaparecido también con la Revolución francesa y que las quimeras, concebidas por Viollet-le-Duc, no ocupaban aún su lugar en las galerías superiores.
En la primera mitad del siglo XIX, Notre-Dame de París se encontraba en un estado crítico. Tan deteriorada estaba que las restauraciones se presentaban colosales y las autoridades parisinas valoraban incluso destruir el edificio. Por suerte, el entusiasmo popular hacia este precioso testimonio de la arquitectura medieval salvó a Notre-Dame de una muerte segura. La llegada de la fotografía fue una oportunidad para inmortalizar la catedral bajo todos los ángulos. Unos testimonios preciosos que permiten contemplar la situación de la catedral antes de las restauraciones de Viollet-le-Duc, pero también las ordenaciones litúrgicas de la época.
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