Guzmán Carriquiry Lecour ha sido cercano colaborador durante cuatro décadas de cinco papas, convirtiéndose en el laico con el mayor cargo de responsabilidad en el Vaticano.La protocolaria ceremonia de acogida que el Papa Francisco ha dispensado al nuevo embajador de la República Oriental del Uruguay ante la Santa Sede, Guzmán Carriquiry Lecour, ha sido calificada como “histórica”.
En efecto, el nuevo representante de Montevideo en el Vaticano era hasta hace pocos meses el laico con el más alto cargo de responsabilidad en la Santa Sede y colaborador cercano del Obispo de Roma.
“Me hago portador de un saludo muy afectuoso del Papa al Presidente del Uruguay, Luis Lacalle Pou, y de su bendición al pueblo uruguayo”.
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Una audiencia fuera de lo normal
De este modo, se puede comprender el tono familiar que tuvo esta audiencia, celebrada en la mañana del 9 de enero.
El doctor Carriquiry estuvo acompañado por su esposa, la profesora Lídice María Gómez Mango, tres hijas y seis nietos.
El nuevo embajador tuvo un largo coloquio personal con el papa Francisco. A continuación, mantuvo otro diálogo con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin. En ambas conversaciones compartieron variados temas de común interés de la Santa Sede y del Uruguay.
Por nombramiento del Papa Francisco, de 2017 a 2020, Guzmán Carriquiry había sido vicepresidente de la Comisión Pontificia para América Latina, cargo que precedentemente siempre había sido desempeñado por un obispo.
En realidad, la sorpresa la había dado ya el Papa Benedicto XVI al nombrar al hoy representante uruguayo como secretario de esa Comisión, cargo que era reservado a un alto dignatario eclesiástico.
Guzmán Carriquiry ha trabajado en el Vaticano al servicio de cinco papas desde 1971. Pablo VI le designó jefe de oficina en Consejo Pontificio para los Laicos.
Juan Pablo II le demostró en numerosas ocasiones su confianza, nombrándolo miembro de algunas de sus delegaciones ante las Naciones Unidas.
El Papa polaco le implicó en uno de los más importantes proyectos de su pontificado: la organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud desde sus mismos inicios, en 1984.
Incluso lo llevó en su séquito durante su primer viaje apostólico al Uruguay.
Recibió, entre otros, el doctorado “honoris causa” de la Universidad Católica Argentina, cuando el gran canciller de la misma era el cardenal Jorge Mario Bergoglio.
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Esperanza para Uruguay
Cuando el canciller de la República de Uruguay, Francisco Carlos Bustillo Bonasso, anunció el nombramiento de Carriquiry como embajador ante la Santa Sede, en julio pasado, afirmó: “Es el laico más trascendente e importante que reside en el Vaticano. Tiene mucho para aportar, para el presidente y para mí es algo muy sentido y lindo. Tengo la certeza de que lo hará extraordinariamente bien”.
En particular, Bustillo subrayó la cercanía de Carriquiry con el Papa Francisco, ya que “es amigo personal hace muchísimos años. Sentimos que podía colaborar y que podemos profundizar y avanzar en muchas cosas trascendentes en la relación con la Santa Sede”.
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Una biografía polifacética
Carriquiry Lecour (Montevideo, 1944), obtuvo el doctorado en Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad de la República, en Montevideo, obteniendo la habilitación para el ejercicio como abogado.
Fue Director del Centro Nacional de Comunicaciones Sociales del episcopado Uruguayo. Ha sido profesor invitado en numerosas Universidades europeas y americanas.
Es autor de numerosos libros, dos de ellos con sendos prólogos del Cardenal Bergoglio y del papa Francisco.
Ha pronunciado conferencias y escrito artículos en los más diversos países y centros culturales. En particular, sobre temas relacionados con la doctrina social de la Iglesia, la historia y la cultura de América Latina y los derechos humanos.
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Una misión delicada
El nombramiento de Carriquiry como embajador ante la Santa Sede ha suscitado mucha expectativa, pues Uruguay es considerado como uno de los países más laicos de América Latina.
“Me hago portador – afirmó Carriquiry al término de la ceremonia de las cartas credenciales – de un saludo muy afectuoso del Papa al Presidente del Uruguay, Luis Lacalle Pou, y de su bendición al pueblo uruguayo”.
Quien conoce al doctor Carriquiry, prominente laico católico, de firmes convicciones, sabe que está muy lejos de una “mentalidad clerical”.
Servirá a su país con lealtad y eficacia, desde su vasta experiencia y competencia internacional, su amor siempre presente y vivo por la patria nativa y su notoria pasión por la vida y el destino de los pueblos de toda América Latina.
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