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De cómo una canción popular se hace “pueblo”

JOSE FELICIANO
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Macky Arenas - publicado el 29/12/20
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“Feliz Navidad” es tal vez lo más escuchado cada diciembre en todo el planeta. Pero esta versión, de un jovencito de las periferias marginales venezolanas, lo supera todo…En el año 1970, el cantante boricua José Feliciano estrenó una canción destinada a convertirse en una de las más famosas de todos los tiempos para desear una Navidad feliz. Pegajosa, alegre y fácil de retener, suena en todas las lenguas y latitudes. Por sólo registrar un detalle, de acuerdo a la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores, “Feliz Navidad” ocupa la posición 15 en la lista de las 25 canciones navideñas más populares de Estados Unidos. Y no se diga en América Latina donde, apenas se escuchan sus acordes, levanta muertos.

Este intérprete puertorriqueño está considerado como un virtuoso ejecutante de la guitarra española, y con su potente e inconfundible voz ha grabado más de 600 canciones, muchas de ellas, éxitos rotundos.

Feliciano es un ciego que prueba que la música no tiene fronteras, aunque ellas sean sensoriales. Nació invidente a causa de un glaucoma. Pero en 2018, desde Turquía, decía a los reporteros: “Yo no tengo una discapacidad. Pienso que la sociedad tiene más discapacidades que yo, porque no entienden que solo porque tienes un impedimento, eso no evita que seas una persona”. Y les aseguraba: “Tienes sentimientos, tienes deseos de hacer música o tienes la oportunidad de ser algo en la vida si no permites que tu supuesta discapacidad te detenga”.

Éxito en 20 palabras

Es un músico popular de primera. Compone con estructura simple versos para coros que cualquiera puede aprender y acompañar. Actualmente, Feliciano tiene 75 años y agradecía hace un par de días al público “por hacer mi canción la preferida en Navidad”. Tiene sólo 20 palabras pero un ritmo que invita a la alegría y el disfrute.

“Feliz Navidad” está cumpliendo 50 años y fue el motivo que reunió a varios intérpretes para homenajear al cantautor y a esa pieza emblemática, infaltable en temporada navideña.

Era pro-aborto pero “mi hija me cambió”

Hace poco fue noticia cuando se declaró pro-vida. “Antes yo era pro-aborto –dijo a la prensa- Pero cuando tuve a mi hija Melissa, cambié”. Y enfatiza: “Cuando escuché latir el corazoncito de Melissa en el monitor, me dije: vale, espera, si ahí hay un corazón… ¡eso es vida, es vida!”. Feliciano siempre ha dicho que es católico practicante. Nació en una familia católica. Su padre estaba desolado cuando le dijeron que su hijo recién nacido no podría ver. Pero un amigo le dio un consejo: “”Hey, no te preocupes porque sea ciego, no sabes lo que Dios le prepara en el futuro”. Y Feliciano cuenta el episodio rematando así: “Nunca se dijo mayor verdad. Todos tenemos puntos débiles: físicos, mentales, emocionales, situaciones en las que nacemos, que no controlamos”, señala pero, por encima de ello, anima a “ser rebelde y no dejar que esas cosas nos hundan”.

Dios me señaló la luz

Es el cuarto de 11 hermanos. Con ocasión y sin ella habla de su historia como si quisiera insuflar ánimos en quienes se sientan abatidos por los golpes de la vida. “Mis padres, al principio, pensaban que yo no tenía futuro”, explica. “Me pareció que incluso antes de que mis padres leyeran la Biblia conmigo o hicieran otras cosas conmigo, Dios me iba empujando hacia la música. Dios me señaló la luz incluso desde que nací”.

A los 4 años, el padre regaló a José una armónica. De inmediato, su madre se dio cuenta de que el niño, con gran facilidad, localizaba las notas y seguía la música. “Mi madre entró en la cocina y se puso a sollozar incontrolablemente porque parecía un milagro. Mientras lloraba, alguien dijo ‘escucha, esto ha de ser una señal de Dios”, contó en una entrevista con la prensa católica.

Está tan claro que su comentario no puede ser más revelador: refiere que algunas personas le han dicho: ‘eres ciego porque así fue la voluntad de Dios’. Eso es una tontería. Dios no quiere que sus hijos estén mal. Si tienes una deformidad, no es algo que Dios haya hecho. Es sólo una de esas cosas que pasan, dice convencido.

El pueblo canta con él

Las versiones de “Feliz Navidad” corren a cargo de importantes músicos y grupos vocales que la han popularizado al extremo. Pero tal vez nadie la interprete mejor que el pueblo llano, la gente sencilla, sobre todo, tantos jovencitos sin recursos aunque ricos en talento que sólo requieren un empujoncito de apoyo para poner a valer sus habilidades.

Para muestra un botón: un muchacho harapiento, como tantos de los que que viven en los barrios marginales de Venezuela, se ha lanzado a presentar, en plena calle entre los autos y sin más instrumentos que un tambor desvencijado y una charrasca(1) que rasga al unísono, una versión de la archifamosa canción de su propia inspiración (video anexo)*. Como no sabe inglés, las estrofas en ese idioma las canta como le suenan, lo cual convierte el asunto en mucho más divertido.

Ha hecho sensación y se está viralizando en las redes sociales. La voz del joven es potente y sonora como la de Feliciano. Y ni hablar del sentimiento y perfecta coordinación con la que lleva los compases y maneja los improvisados instrumentos. Nada fácil, pero con el arte, que es espíritu y belleza, no puede ni el hambre!.

*(1) Charrasca: Instrumento musical
<https://es.wiktionary.org/wiki/musical> de percusión
<https://es.wiktionary.org/wiki/percusi%C3%B3n> venezolano
<https://es.wiktionary.org/wiki/venezolano> hecho de un cilindro <https://es.wiktionary.org/wiki/cilindro> lleno de ranuras
<https://es.wiktionary.org/wiki/ranura> en su superficie. Se hace sonar frotándolo con una barra de metal u otro objeto semejante .

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