Unidos ante la “febril obsesión de instaurar el aborto en la Argentina”
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En las vísperas del debate parlamentario que podría aprobar el aborto libre en la Argentina, la Conferencia Episcopal Argentina y la Alianza Cristiana de las Iglesia Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) convocaron en conjunto a una jornada de ayuno y oración en hogares, templos y parroquias, “conforme a la liturgia que caracteriza a cada credo”.
Matanza de los inocentes
El 28 de diciembre, “día en que se conmemora, con gran pesar, la matanza de tantos niños inocentes, ACIERA y la Conferencia Episcopal Argentina invitan a unirse para implorar por el respeto y el cuidado de la vida por nacer”, expresaron obispos y líderes evangélicos en conjunto en referencia a la conmemoración de los Santos Inocentes.
Es que contradictoriamente, la convocatoria extraordinaria para que el Senado argentino vote el aborto se da el día después de la trágica conmemoración cristiana que recuerda los niños asesinados por Herodes tras el Nacimiento de Jesús. La sesión de votación, oficializada por la vicepresidenta de la Nación y Presidenta del Senado Cristina Fernández de Kirchner, fue convocada sólo para votar este proyecto de ley y uno denominado 1000 días, que contradictoriamente reconoce la vida en gestación al ofrecer subsidios y apoyo a la mujer embarazada.
Según la prensa que lleva conteos pormenorizado de las voluntades de los senadores, habría parcialidad en la votación. Aunque el agravamiento en la enfermedad del expresidente Carlos Menem, quien se había expresado en 2018 en contra de un proyecto de estas características, podría inclinar la balanza hacia la legalización del aborto.
Especial intención por la vida naciente
La Pandemia hace imposible una convocatoria como la de inicios de año para rezar en conjunto ante la Patrona de los argentinos Nuestra Señora de Luján. Por lo que los Obispos de la Comisión Permanente de la CEA decidieron peregrinar ellos mismos para celebrar allí, con transmisión por redes sociales, una Misa por la causa de la vida. Y convocaron a que el 27, que la liturgia celebra a la Sagrada Familia, se haga de igual manera en santuarios y catedrales del país con una “especial intención por la vida naciente”.
Hace unos días, en su mensaje por la Navidad titulado “Por qué no renovar la Esperanza” los obispos se habían referido a la necesidad de reconstrucción del país por la Pandemia y sus consecuencias, y cómo pese a ella: “la opción política pasó a ser una incomprensible urgencia, una febril obsesión por instaurar el aborto en Argentina, como si tuviera algo que ver con los padecimientos, los temores y las preocupaciones de la mayor parte de los argentinos”.
En Luján, el presidente del Episcopado insistió en lo inoportuno de la discusión, “no porque pensemos que hay un tiempo propio para presentarlo, ya que es muy conocida la posición sobre este tema de millones de personas creyentes y no creyentes, sino que cuando hablamos de tiempo oportuno, nos referimos a la sabiduría de leer en profundidad lo que se está viviendo, la magnitud y la complejidad de la crisis que atravesamos, para poner nuestras mejores energías en resolver los problemas que nos urgen hoy: la necesidad de establecer acuerdos fundamentales desde la dirigencia política económica y social que nos permitan mirar hacia adelante priorizando tierra, techo y trabajo para todos”.
El pueblo defiende la vida
“María nuestra madre, eligió la vida amenazada de un niño en el pesebre, la defendió con valentía de Herodes y sus soldados, la acompañó a lo largo de la vida pública de Jesús y la acompañó hasta la cruz, el momento más duro y terrible”, recordó el Presidente del Episcopado, y completó: “Este año el pueblo argentino cuido la vida, la protegió, la alimentó, la curó, la lloró, la defendió de la pandemia del hambre, de la falta de trabajo y de la miseria. Por eso estamos convencidos que con María de Lujan el pueblo seguirá eligiendo siempre toda la vida y todas las vidas”.
Aunque siempre inoportuno, la prisa por debatir en el Congreso el aborto en el año de la Pandemia, con todas las otras urgencias sociales y nacionales, parece una abierta agresión al mensaje de paz y esperanza que cristianos en conjunto, católicos y evangélicos, proponen a todos los hombres de buena voluntad. Por eso, unidos, ayunarán y orarán el día de los Santos Inocentes para evitar que el 29 de diciembre sea un día para conmemorar el mismo motivo en la Argentina.