Con poco más de un mes de vida, Molly Gibson, nacida en 2020, podría haber nacido en cualquier momento de estos últimos 27 años
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27 años. Ese es el tiempo que ha tardado un embrión en ser adoptado y permitir el nacimiento de la pequeña Molly. Congelado en octubre de 1992, el embrión permaneció en ese estado hasta febrero de 2020, fecha en la cual Tina y Ben Gibson, una pareja de Tennessee (Estados Unidos), lo adoptaron, según informa la cadena estadounidense CNN. En otras palabras, el embrión que ha dado vida a Molly en 2020 existía ya en 1992 cuando la madre que lo ha llevado en su interior no era más que una niña.
En torno al 75 % de todos los embriones donados sobreviven al proceso de descongelación y de transferencia, y entre el 25-30 % de todos los implantes prosperan, según declara Carol Sommerfelt, directora del laboratorio y embrióloga del centro de donde ha salido el embrión. Algunas personas se felicitan por un récord así, permitido en este caso por el National Embryo Donation Center, un organismo sin ánimo de lucro en Knoxville que almacena embriones congelados que pacientes fecundadas in vitro decidieron no utilizar. Las familias pueden adoptar estos embriones no utilizados, que luego son transferidos al útero de una madre adoptiva.
Otras personas, entre ellas los católicos, denuncian firmemente la producción y congelación de embriones humanos, incluso con la intención legítima de luchar contra la infertilidad. En efecto, esta técnica plantea serios problemas éticos y conduce a aberraciones como la de separar 27 años entre la concepción y el nacimiento de un bebé.
27…
Une petite fille vient de naître.
Embryon, elle a été congelée pendant 27 ans.
27 ans "hors du temps".
Conçu avant même celle qui vient de la porter, de la mettre au monde et qui devient donc sa mère.
Toute-puissance des biotechnologies sur la vie.https://t.co/ozCL3PrB5v— Blanche STREB (@BlStreb) December 1, 2020