Italia. El tío con síndrome de Down llegó en condiciones muy graves al centro de salud a causa del coronavirus: “No podía dejarlo solo”. Existen historias de esperanza y de humanidad que no pasan desapercibidas. Este es el caso de un joven italiano que actúo como ‘los santos de la puerta de al lado’ que señala el Papa Francisco en esta pandemia. La segunda etapa de confinamiento, con una Navidad, limitada y sin parientes, está marcando un adviento y una preparación a la Santa Noche más espiritual.
En este contexto, vale la pena contar la historia de Matteo Merolla, agente inmobiliario de 29 años, positivo pero asintomático que eligió ser hospitalizado en el Policlínico Militar Celio de Roma junto con su tío de 50 años, nacido con síndrome de Down. El señor Paolo llegó a un centro de salud en condiciones muy graves debido a la Covid-19.
“No quería dejarlo solo. Él me cuidó cuando era niño, ahora no lo puedo abandonar”, fue su respuesta automática en varios servicios televisivos. Vía SkyTg24 o el noticiero TGLazio de la Rai.
El joven al ver a su pariente asustado, frágil y contagiado por coronavirus, se opuso a las indicaciones médicas y sin pensarlo propuso que se quedaba hospitalizado con él.
La dirección del hospital casi se conmovió y autorizó “excepcionalmente” la hospitalización de tío y sobrino del 3 al 18 de noviembre. Les concedieron una habitación en común. Los médicos hicieron todo lo posible para no entubar al paciente, así que le dieron 24 horas al día de oxígeno.
Matteo contó a la agencia italiana Dire, que su tío sufría de una neumonía severa. “La primera noche estuvo muy enfermo, se desmayó y se durmió, no recibió suficiente oxígeno y lloró todo el tiempo porque no entendía lo que le estaba pasando”.
“De alguna manera traté de explicarle a mi tío que ahora existe este virus y que estaba en el hospital porque necesitaba tratamiento, pero a menudo repetía, llorando, que quería irse a casa”.
Cuando los médicos y enfermeras entraban en la habitación para tomar una muestra de sangre, para darle un medicamento, el paciente miraba a su sobrino asustado: “No entendí nada”. Para él era como estar hospitalizado en un país extranjero, sin conocer el idioma y con personas vestidas de astronauta.
El tío y el sobrino dieron negativo al virus el 20 de noviembre y volvieron a casa. Matteo agradeció al personal médico del Policlínico Militare Celio: “Todos fueron muy amables”.
Cuando salió del hospital, el personal médico, de enfermería y de limpieza trajeron dulces y chocolates al ilustre paciente con el deseo: “¡Paolo, no vuelvas por aquí, cuídate mucho!”.
“Hay quienes creen que los ángeles no existen. Uno no nace como un ángel, pero es posible convertirse en uno. Ahora lo sé. Cuando miro a mi hijo, ni siquiera necesito mirar por su espalda para verlas. Porque sé que están ahí. Sus alas son hermosas, ligeras, perfectas. Incluso si los demás no pueden verlas“, escribió la madre de Matteo en Facebook, la protagonista del bello gesto.