Dejó su exitosa carrera de medicina en Australia para convertirse en monja misionera y dedicar su vida curar a los más necesitados en la India
Mary Glowrey escribió una importante página en la historia al convertirse en una de las primeras mujeres en ejercer la medicina de manera profesional. No solo eso, en su Australia natal se labró una destacada reputación que la llevó a ser una de las doctoras más importantes de su tiempo. Pero Mary no había decidido dedicarse a la medicina para alcanzar fama y fortuna. Ella quería cuidar de sus enfermos y acudir allí donde más se la necesitaba. Y cuando descubrió que su destino se encontraba en una India empobrecida en la que mujeres y niños estaban dramáticamente desatendidos, no dudó en dejarlo todo y convertirse en monja misionera.
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