Fueron asesinados durante la persecución religiosa de los años 30 en España y pronto serán beatificados127 mártires de la guerra civil española serán beatos próximamente. Papa Francisco aprobó hoy el martirio por odio a la fe del sacerdote español Juan Medina y otros 126 compañeros, laicos y religiosos de Córdoba (España). Murieron asesinados durante la persecución religiosa de los años 30 en España.
La causa está encabezada por el sacerdote Juan Elías Medina, pero en ella se insertan personas dedicadas a diversas profesiones. Según explica la diócesis de Córdoba: “algunos eran sacristanes, uno notario, una farmacéutica, varios agricultores y un pequeño comerciante de libros y objetos religiosos”.
Familias asesinadas
Además entre ellos se incluyen muchas relaciones personales. Dos parejas de esposos, ocho parejas de hermanos, dos hermanos seminaristas de Puente Genil; tíos y sobrinos; una madre y dos hijas, varias primas, etc…
El más joven de los nuevos beatos Antonio Gaitán Perabad, informa la diócesis de Córdoba:” fue martirizado en El Carpio, su pueblo natal, cuando le faltaban seis días para cumplir dieciséis años; mientras la más anciana fue la religiosa Hija del Patrocinio de María, María del Consuelo González Rodríguez, martirizada en Baena, a los ochenta y seis años”.
Vivieron cerca de los pobres y sufrieron con fortaleza
Monseñor Juan José Asenjo, por entonces obispo de Córdoba explica el porqué de su testimonio al comenzar su causa diocesana. “Son modelos y testigos del amor más grande, pues fueron cristianos de profunda vida interior, devotos de la Eucaristía y de la Santísima Virgen; vivieron cerca de los pobres y fueron apóstoles convincentes de Jesucristo (…)”.
“En la cárcel confortaron a sus compañeros de prisión y nunca renegaron de su condición de sacerdotes, consagrados, o cristianos laicos fervientes. Sufrieron con fortaleza vejaciones y torturas sin cuento y murieron perdonando a sus verdugos y orando por ellos. Vivieron los instantes finales de su vida con serenidad y alegría admirables, alabando a Dios y proclamando que Jesucristo era el único Rey y Señor de sus vidas”, afirmaba.
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