El Pontífice preocupado por que la pandemia nos ha puesto delante del gran mal que aflige a nuestra sociedad: falta diálogo y colaboración
“El virus se difunde sin freno, pero no somos capaces de dar una respuesta conjunta”, denunció el Papa Francisco al recibir en audiencia a un grupo de sacerdotes que se preparan estudiando en Roma este viernes 20 de noviembre de 2020 en el Vaticano.
“Luchen contra la cultura del descarte, la segregación social, la desconfianza y el perjuicio en razón de la raza, la cultura o la fe, para que el sentimiento de fraternidad se imponga sobre toda diferencia“, dijo a los sacerdotes del La comunidad del Pontificio Colegio Pío Latinoamericano.
“El mundo sigue cerrando las puertas, rechazando el diálogo y la colaboración, se niega a abrirse con sinceridad al compromiso común por un bien que alcance a todos indistintamente”, afirmó ante casi 100 sacerdotes distanciados para evitar contagios de contagios de covid-19.
El Pontífice ha exhortado a “curar al mundo del gran mal que lo aqueja. La pandemia nos ha puesto delante del gran mal que aflige a nuestra sociedad. La globalización ha superado las fronteras, pero no las mentes y los corazones“.
El mal se cura a partir de los corazones
“La cura de ese mal debe llegar desde abajo, de los corazones y las almas que un día les serán encomendadas, con propuestas concretas en el ámbito de la educación, la catequesis, el compromiso social, capaces de cambiar mentalidades y abrir espacios, para sanar este mal y dar a Dios un pueblo unido”.
En su discurso, aseguró que los sacerdotes tienen la misión de “arrimar el hombro y convocar a los demás a hacerlo. Dios los ha llamado a la vocación sacerdotal, los ha enviado a esta ciudad de Roma para completar su formación, porque tiene un proyecto de amor y de servicio para cada uno de ustedes”.
“Pastores según su corazón que se consagren al cuidado de las ovejas, que las apacienten, las guíen, las curen y busquen siempre su bienestar. Seguramente, en sus cabezas hay infinidad de iniciativas y no dudo que trabajando con denuedo harán mucho bien y ayudarán a muchas personas, pero nuestra misión no sería perfecta si nos quedáramos en eso”.
El mestizaje en América Latina
El Papa habló también del desafió de la experiencia de comunión. En este sentido, señaló como ejemplo el mestizaje en América Latina, “que se vivencia en la comunidad plural” y que puede “ayudar a sanar el mundo”.
“El Evangelio y su mensaje llegó a nuestra tierra por medios humanos, no exentos de pecado, pero la gracia se sobrepuso a nuestra debilidad y su Palabra se extendió por todos los rincones del continente“.
Asimismo, indicó que “esta raíz mestiza nace de un corazón capaz de amar al otro con un amor fecundo, es decir, dispuesto a crear algo nuevo que lo supera y lo trasciende”.
Esto supone “rechazar la propia autorrefencialidad, para poder así difundir el don recibido”. Esta semilla del reino, “crecerá y dará un ciento por uno, no de granos todos iguales sino de una insospechada variedad y riqueza”.
La Patrona de América Latina sostenga la esperanza
Por otro lado, instó a sus sacerdotes a “convocar al rebaño, hacerle sentirse pueblo, llamado también él a ponerse en camino y a esforzarse por adelantar el reino, ya aquí en esta tierra. Ello implica que se sientan útiles, responsables, necesarios, que hay un espacio donde ellos también pueden arrimar su hombro”.
“Que la Virgen Madre, la Guadalupana, Patrona de América Latina, sostenga su esperanza en este curso que ahora se abre en medio de incertidumbres humanas, para que puedan secundar la llamada de Dios allá donde los envíe y ser testigos de la fraternidad humana que nace del ser hijos de Dios. Que el Señor los bendiga y la Virgen los cuide. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí!”, concluyó.