La zona insular de Colombia vive una verdadera emergencia por el paso del huracán Iota que alcanzó categoría 5, la máxima posible, y agravó una situación ya difícil por los coletazos de la tormenta Eta. Se necesita mucha ayuda solidaria. También, en Cartagena, un templo quedó inundado La isla colombiana de Providencia fue azotada este lunes, 16 de noviembre, por el huracán Iota. Se trata del primero de categoría 5 que toca este país y que, se calcula, destruyó el 98% de la infraestructura del paradisíaco lugar.
San Andrés, Providencia y Santa Catalina son tres islas de un mismo archipiélago, que constituyen uno de los departamentos colombianos. Están ubicadas casi al frente de las costas de Nicaragua. El ojo de este devastador huracán pasó a 8 kilómetros de Providencia y por ello las grandes pérdidas que dejó a su paso.
El litoral caribe colombiano aún no se recuperaba de la tormenta tropical Eta –que ocasionó inundaciones, daños en general y cientos de familias sin hogar– cuando llegó el huracán Iota.
El presidente de Colombia, Iván Duque, aseguró que ha ocurrido una afectación máxima, especialmente en Providencia. También lamentó el fallecimiento de una persona que aún no había sido identificada.
Ayuda humanitaria
Los vientos del huracán Iota superaron los 250 kilómetros por hora, volaron techos, ventanas, árboles y todo lo que encontraron a su paso. En el archipiélago se suspendieron las operaciones aéreas, al igual que el suministro de energía y las comunicaciones, especialmente con Providencia, de donde no se tenía suficiente información.
Por la intensidad de los vientos del huracán Iota, algunos de los habitantes de San Andrés que pudieron comunicarse dijeron que tuvieron que esconderse en baños para protegerse.
El presidente del país anunció que se redoblará la ayuda humanitaria que se estaba enviando hacia la isla de San Andrés y se instalará en Cartagena un Puesto de Mando Unificado desde donde zarparán embarcaciones una vez el clima lo permita.
Cercanía fraterna y oración
Los obispos colombianos, debido a los efectos del huracán Iota, manifestaron su “fraterna cercanía a todas las personas que están sufriendo por los desastres que han causado la ola invernal y los huracanes a lo largo y ancho del país”.
Lo hicieron en un comunicado dado a conocer este lunes por la Conferencia Episcopal de Colombia, en el que anuncian que han puesto en marcha, a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS), acciones humanitarias para la atención de estas emergencias, al igual que por medio de los Bancos de Alimentos de las diferentes jurisdicciones eclesiásticas.
“Hacemos un llamado apremiante a la solidaridad de todo el pueblo colombiano, de modo que sea posible aliviar en algo el dolor de los hermanos que han sido afectados por estas catástrofes. Para este propósito, las diócesis de las zonas comprometidas han dispuesto canales para recibir las ayudas en dinero o en especie”, dice el mensaje de los obispos católicos sobre los efecto del huracán Iota.
Se va a necesitar una gran cruzada solidaria, en la que aporten gobiernos, empresas, instituciones y miles de colombianos tras impacto de huracán Iota. También en la que se soliciten recursos a otros países, para poder reconstruir el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, al igual que las ciudades y pueblos de los departamentos de la región Caribe que quedaron inundadas por las intensas lluvias de días pasados.
“Él nos consuela en todas nuestras luchas, para que también nosotros podamos consolar a los que están en toda tribulación”, dicen los obispos al parafrasear la Segunda Carta de Corintios, invitar a los buenos corazones a donar y pedir a los fieles a orar al Señor por la superación de estas difíciles circunstancias.
Un templo bajo agua
En la localidad de Cartagena, en estado de calamidad pública por lluvias e inundaciones durante el fin de semana, hubo un templo que quedó bajo agua. Se llama la Tercera Orden y está ubicada en el barrio histórico de Getsemaní. Esto es algo que sucedió antes del gran impacto del huracán Iota en Providencia).
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