América Latina y el Caribe lideran al mundo en asesinatos a periodistas. La región concentra 31 por ciento de los asesinatosHubo un tiempo, quizá hace muchos años, cuando la profesión de periodista abarrotaba las facultades de comunicación de las universidades. Pero en países como México, cada día hay mayor deserción. El oficio casi no se aprende más. ¿La razón? Que tanto el crimen como la ineptitud de los gobiernos para proteger a los periodistas están acabando con esta profesión.
A la cabeza
América Latina y el Caribe son las regiones más mortales del mundo para llevar a cabo el trabajo periodístico en los últimos cinco años. Así lo destaca un informe elaborado por la UNESCO. La región concentra 31 por ciento de los asesinatos a profesionales del periodismo, ligeramente por arriba del 30 por ciento de la región Asia-Pacífico.
Ciertamente, el número de asesinatos de periodistas en América Latina y el Caribe ha descendido 14 por ciento en 2018-2019 con respecto a 2016-2017. Aún así, la región sigue liderando este triste renglón de violencia.
El reino de la impunidad
Una de las más graves situaciones –igual que lo que ocurre en México, “campeón” mundial de asesinatos en 2019 con doce—nueve de cada diez ataques a periodistas quedan impunes en todo el planeta (lo que aprovechan los criminales para segar sus vidas). Durante el periodo 2018-2019 se produjeron 156 asesinatos en todo el mundo, y de ellos no más de 14 merecieron el castigo de sus actos.
Al cierre del informe, a finales de septiembre de 2020, se contabilizaron 39 asesinatos de periodistas en los primeros nueve meses del año. 16 en la región de América Latina y el Caribe, once en la región de Asia y el Pacífico, siete en la región de los Estados Árabes y cinco en África, entre ellos tres mujeres.
La profesión más peligrosa
“Aunque en el último decenio se ha matado a un periodista cada cuatro días en algún lugar del mundo, la impunidad de estos delitos sigue prevaleciendo. Hasta este año, los estados miembros de las Naciones Unidas informaron que 13 por ciento de esos casos en todo el mundo se habían resuelto con un proceso judicial concluido. Esto representa una ligera mejora, en comparación con el doce por ciento en 2019 y el once por ciento en 2018”, destaca el estudio.
Sin embargo, la muerte sigue rondando las redacciones. Y donde se mata a un periodista, se asesina, también, uno de los pilares de la democracia, la libre expresión. En México, por citar el caso más brutal, segundo lugar en asesinato en 2018 (detrás de Afganistán) y primero en 2019, nueve de cada diez casos quedan sin resolverse nunca.
Matar al que aparece en pantalla
Ciertamente, de acuerdo con el informe de la UNESCO, ya no son los trabajadores de la prensa impresa los que más sufren en su carne los embates del crimen: los periodistas de la televisión representan –en 2018 y 2019–treinta por ciento de los periodistas asesinados (47 de ellos perecieron en ese período).
A ellos les siguen los trabajadores de la radio (intensamente perseguidos en países de América Central, sobre todo aquellos que trabajan en radios comunitarias) con 24 por ciento de las muertes. Por último, los trabajadores de la prensa escrita, con 21 por ciento de los ataques mortales en el mundo.
Con uno que cae, caemos todos
En el mensaje enviado a todos los periodistas durante el Día Internacional para poner fin a la Impunidad de los Crímenes contra la Prensa, el secretario general de las Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, destacó que la pandemia de coronavirus ha puesto de relieve nuevos peligros para los informadores. También se ha topado con otras limitaciones, como amenazas de enjuiciamiento, detenciones, encarcelamientos, denegaciones de acceso periodístico y negativas de investigar y enjuiciar los delitos cometidos contra ese colectivo.
“Cuando se ataca a un periodista, toda la sociedad paga el precio. Si no protegemos a los periodistas, nuestra capacidad para mantenernos informados y adoptar decisiones fundamentadas se ve gravemente obstaculizada. Cuando los periodistas no pueden hacer su trabajo en condiciones de seguridad, perdemos una importante defensa contra la pandemia de información errónea y desinformación que se ha extendido por Internet”, alertó Guterres.
La verdad como camino de la paz
Por su parte, la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, llamó a todo el mundo a unirse a la campaña #EndImpunity, campaña que busca poner de relieve algunos de los riesgos que los periodistas afrontan en su búsqueda por descubrir la verdad.
“Solo investigando y enjuiciando los delitos contra los profesionales de los medios de comunicación se puede garantizar el acceso a la información y la libertad de expresión. Solo diciendo la verdad al poder lograremos que progresen la paz, la justicia y el desarrollo sostenible de la sociedad”, concluyó Azoulay.