El gobierno anunció una vuelta al confinamiento con la suspensión de las misas públicas al menos hasta el 1 de diciembre, pero la Iglesia francesa lo considera un atentado a la libertad de culto y apela al Consejo de EstadoMonseñor Éric de Moulins-Beaufort, arzobispo de Reims y presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF), anunció el 2 de noviembre, tras consultar con todos los obispos de Francia reunidos en Asamblea Plenaria, que iba a presentar una apelación al Consejo de Estado.
Ante el nuevo confinamiento ordenado por el gobierno, los obispos de Francia consideran “desproporcionada la prohibición de celebrar la Misa y otros sacramentos en comunidad”.
Ya cinco obispos franceses habían apelado al Consejo de Estado porque consideran que no tiene sentido que las escuelas, los supermercados y el transporte público permanezcan abiertos, y no se respete la libertad de culto.
Los obispos también recuerdan que desde el inicio de la pandemia Covid-19, “la Iglesia siempre ha sido impecable” en la observancia de las normas sanitarias, y “todos los sacerdotes y fieles han tomado y respetado todas las medidas de precaución necesarias”.
Según el episcopado francés, “el decreto n° 2020-1310 del 29 de octubre de 2020 que prescribe las medidas generales necesarias para hacer frente a la epidemia de covid-19 en el marco del estado de emergencia sanitaria, viola la libertad de culto, que es una de las libertades fundamentales en nuestro país”.
“Como en marzo, la lógica del gobierno ha sido permitir solo aquellas actividades consideradas ‘esenciales’. Pero esto plantea una dificultad real porque esta noción de actividad esencial “es eminentemente subjetiva (y no legal)”, explicaba el abogado Jean-Baptiste Chevalier hace unos días a la edición francesa de Aleteia.
Para los fieles “estas celebraciones son vitales porque son un encuentro con el Señor y con sus hermanos”.
“Evidentemente es imprescindible poder seguir comiendo, pero ¿podemos realmente considerar que sería menos imprescindible participar en un servicio religioso que salir a pasear con tu perro, que comprar un móvil nuevo, o que participar en una manifestación? En primavera, vimos que otros estados habían permitido servicios religiosos en grupos pequeños”, explicaba Chevalier.
Los católicos franceses se movilizan
Monseñor Dominique Rey, obispo de Fréjus-Toulon, monseñor Marc Aillet, obispo de Bayona, monseñor Jean-Pierre Cattenoz, obispo de Aviñón, monseñor David Macaire, obispo de Fort-de-France y Mons. Bernard Ginoux, obispo de Montauban, han presentado un informe ante el Consejo de Estado contra la prohibición de misas decretada por el gobierno.
El recurso ha sido interpuesto conjuntamente con otras asociaciones católicas: las Asociaciones de Familias Católicas (AFC), Anuncio, Le Village de François, Journées Paysannes, IRCOM y Les Deux Rives.
Este evento está lejos de ser aislado y refleja el sufrimiento real de los católicos. El viernes 30 de octubre se lanzó una petición en línea para la reanudación de las misas públicas. En tres días, recogió más de 65.000 firmas. El mismo día, las comunidades e institutos católicos, incluida la Fraternité Saint-Pierre, también presentaron una solicitud de medidas provisionales ante el Consejo de Estado.
Irlanda y Gales también prohiben la misa
No es Francia el único país europeo en prohibir la misa: en la otrora católica Irlanda, celebrar misas públicas puede considerarse un delito penado con multas e incluso cárcel, no solo al sacerdote sino a cualquiera que participe en ellas, desde el pasado mes de octubre, según informa The Tablet.
Lo mismo sucede en Gales, donde sólo se permiten los funerales, a pesar de las protestas de la Conferencia Episcopal inglesa.
Respecto a la situación en Irlanda, el Iona Institute definió las duras medidas adoptadas como “draconianas, drásticas e inaceptables”. Además, advierten, aunque el confinamiento termine en diciembre, las autoridades irlandesas seguirán prohibiendo las actividades de culto público, hasta junio de 2021.
Varios líderes religiosos han elevado protestas a las autoridades, hasta ahora sin resultados, aunque el arzobispo de Armagh, Eamon Martin, quien acudió a un encuentro con el Primer Ministro Michéal Martin el pasado 29 de octubre, espera que se reconsidere la decisión.