El Predicador de la Casa Pontificia -y quien fuera nombrado nuevo cardenal de la Iglesia- fue invitado a Venezuela en 2010 por la Renovación Carismática para predicar durante el Día Nacional de Oración. En esa ocasión, como los apóstoles, invitó a “hablar del Dios de la esperanza”
Este domingo 25 de octubre, el papa Francisco anunció la realización de un Consistorio para la creación de 13 nuevos cardenales de la iglesia Católica entre los que destaca el franciscano, Raniero Cantalamessa, Predicador de la Casa Pontificia, cargo que por designación del papa Benedicto XIV (1740-1758) con la Constitución “Inclitum fratrum”, del 2 de marzo de 1743, fue asignado de manera estable a la Orden de Frailes Menores Capuchinos, cumpliéndolo a cabalidad hasta los tiempos actuales.
Aunque por ser mayor de 80 años y, por tanto, sin participación como elector en un eventual cónclave, la designación cardenalicia del religioso no pasó desapercibida para la Renovación Carismática Católica (RCC) en Venezuela y el mundo. Tampoco para los medios.
Como carismático, Cantalamessa “recibió el Bautismo en el Espíritu en 1977”, según el portal CHARIS, el Servicio Internacional para la Renovación Carismática Católica- que reúne todas estas realidades de fe en el mundo. En este organismo, por decisión del Papa, Cantalamessa tiene la responsabilidad de ser el primer asistente eclesiástico.
Las enseñanzas del franciscano son citadas por los “carismáticos”, porque les ha brindado la orientación necesaria y hacer comprender lo que esta “corriente de gracia” significa.
“La Renovación Carismática, tenemos que decirlo y repetirlo, no es un movimiento eclesial, expresa Cantalamessa en la entrevista: No hay que tener miedo a la Renovación Carismática. “Es una corriente de gracia que está destinada a transformar toda la Iglesia: la predicación, la liturgia, la oración personal, la vida cristiana”, añade.
Cantalamessa en Venezuela: “Cristo ha resucitado, eso es suficiente”
Esta vez, sin embargo, no se abordará la perspectiva de la renovación carismática a nivel mundial sino una parte de la visita especial que Cantalamessa hizo a Venezuela, en la que habló de un aspecto fundamental de la fe cristiana: la resurrección de Jesucristo.
Fue hace más de 9 años, el 15 de mayo de 2010, con motivo del Día Nacional de Oración que la RCC organizó en el estadio de béisbol de la UCV, en Caracas. Es posible que el religioso haya estado en otras ocasiones en el país; o tal vez, esa haya sido la única. La expectativa por aquella predicación en el estadio universitario motivó a los “carismáticos” venezolanos que, como sus “hermanos” del mundo, también le tienen gran afecto.
Allí estuvo acompañado de los monseñores Jesús Tomás Zárraga Colmenares, entonces obispo de San Carlos (Cojedes) y asesor nacional de la RCC; y Saúl Figueroa, quien era obispo auxiliar de Caracas. Además, asistió un grupo de sacerdotes de la “renovación” resaltando Jaime Kelly, Miguel Ángel García, Pedro José Guerra y Vicente Mancini.
Cantalamessa habló de lo que significa la resurrección de Cristo, considerando que el mensaje dado a los apóstoles es una “Buena Nueva” también para estos tiempos, porque todos los creyentes somos miembros de su Cuerpo. “Si no se cree en la resurrección de la carne menos se cree en la resurrección espiritual”, aseguró.
Convocó a los asistentes “para ser testigos de la resurrección de Cristo” en todos los escenarios de la vida: en el trabajo, en las escuelas, en las universidades, en las regiones donde se viva. “La resurrección es todo para el cristiano”, dijo el franciscano.
También expuso el ejemplo de fe en la resurrección de Cristo, mostrado por el monje San Serafín de Sarov, quien en el siglo XIX vivió muchos años en los bosques de Rusia sin hablar con persona alguna, sólo compartiendo con animales. “Pero cuando se le acercaba alguien, él le decía: ¡Hermano alégrate, Cristo ha resucitado!”.
En esa ocasión, el mensaje implicó una dinámica con los fieles en plena homilía. Cantalamessa invitó a cada asistente a decirle al que tenía al lado: “Hermano, hermana, Cristo ha resucitado”, lo cual generó un mayor entusiasmo en las gradas del coso deportivo convertido en templo para este Día Nacional de Oración. Desde el altar Cantalamessa repetía: “¡No los veo, no los veo, no escucho, Cristo ha resucitado!”, y de nuevo subía el bullicio y la alegría entre los carismáticos congregados en las tribunas.
“Después de la Pascua los apóstoles hablan todo el tiempo del Dios de la esperanza”, acotaba en su singular voz con acento italiano. “Jesús tenía que derrumbar el muro de la muerte para inocular la esperanza (…) Si no se cree en la resurrección de la carne se niega la resurrección de Cristo”, enfatizó ante los carismáticos venezolanos.
Jesús envió también a las mujeres
El Predicador del Papa -como también se le conoce- explicó a modo de ejemplo el tema de la resurrección con el pasaje del valle los huesos secos, en el libro del profeta Ezequiel. “Porque tenemos que resucitar en el corazón (…) Yo espero que cada uno de Ustedes regrese a su casa con un corazón resucitado”, dijo generando algarabía en las tribunas.
Finalmente, dijo que en la Biblia hay muchas citas de envíos especialmente dirigidos a varones: Abraham, Moisés, Isaías… Y tan sólo en el contexto de la resurrección se le da un corto espacio de envió a las mujeres, hecho por Jesús en el capítulo 28 del Evangelio de Mateo. En consecuencia, hizo un llamado para que las mujeres se afiancen en esa misión dada a ellas y vayan por el mundo a anunciar que “Jesús ha resucitado”.
¿Quién es Raniero Cantalamessa?
Cantalamessa nació en Colli del Tronto (AP), el 22 de julio del año 1934, se puede leer en el portal que lleva su apellido. Fue ordenado sacerdote en el año 1958. Se doctoró en teología en Friburgo (Suiza), y en letras clásicas en la Universidad Católica de Milán. Desde el año 1975 hasta el año 1981 y, durante doce años, fue miembro de la delegación católica para el diálogo con las iglesias pentecostales.
“En el año 1979 abandonó la docencia para dedicarse a tiempo completo al ministerio de la Palabra. Juan Pablo II lo nombró Predicador de la Casa Pontificia en el año 1980 y Benedicto XVI lo confirmó en dicho cargo en 2005”, dice el portal que lleva su nombre.
Con motivo del consistorio convocado por Francisco, Cantalamessa será uno de los nuevos purpurados. “Recemos por los nuevos cardenales, para que, confirmando su adhesión a Cristo, me ayuden en mi ministerio de obispo de Roma”, pidió el Papa.
Estamos seguros de que la RCC de Venezuela y del mundo entero, lo está haciendo tanto por el papa Francisco y los nuevos cardenales. Especialmente, están orando por el “hermano” Cantalamessa, quien ha sido una especie de orientador de esta “corriente de gracia” desde que llegó con vientos nuevos a la Iglesia.
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