Ambas partes pudieron hablar sobre el Acuerdo Provisional firmado por la Santa Sede con la República Popular China
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En el Vaticano tuvo lugar una audiencia de 45 minutos en un “ambiente de respeto” y “cordial” entre el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede y Mike Pompeo, secretario de Estado de los Estados Unidos. Así la definió la Santa Sede este jueves 1 de octubre de 2020.
Apenas ayer, el cardenal italiano manifestó su ‘sorpresa’ al responder a la pregunta de si la Santa Sede se había irritado por el artículo de Mike Pompeo en la revista First Things con el cual ha puesto en duda “la moralidad” de la Santa Sede por la renovación del Acuerdo que vence el 29 de octubre con el gobierno de China para que el papa Francisco pueda elegir a los obispos de la Iglesia católica en ese país.
Durante el encuentro se habló del tema de la libertad religiosa y las guerras en el mundo. Matteo Bruni director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede afirmó que fue una oportunidad para que ambas partes pudieran presentar sus respectivas posiciones sobre China.
Pompeo llegó al Vaticano en la mañana de este jueves 1 de octubre para reunirse con el Cardenal Pietro Parolin y su homólogo, el arzobispo Paul Richard Gallagher, “Ministro de Asuntos Exteriores” de la Santa Sede.
Respondiendo a las preguntas de los periodistas, Bruni, dijo: “las partes presentaron sus respectivas posiciones acerca de las relaciones con la República Popular China, en un ambiente de respeto, relajado y cordial”.
Bruni afirmó que también se conversó sobre el conflicto en el “Cáucaso, el Oriente Medio y el Mediterráneo oriental”.
Así, la Santa Sede sobrevoló a las criticas recibidas por parte de Pompeo en contra del Acuerdo Provisional firmado hace dos años con la República Popular China.
Parolin sostiene que el Acuerdo obedece a una lógica estrictamente pastoral, con el objetivo de asegurar que los obispos chinos estén en plena comunión con el pontífice.
El cardenal Parolin informó ayer que el diálogo con Pekín seguirá adelante, por lo menos que esa era la voluntad por parte del Vaticano. Se trata – explicó – de la política de los “pequeños pasos” que “aunque quizás al principio no parezca dar grandes resultados”, es un paso adelante a favor de la libertad religiosa.
El secretario norteamericano Pompeo había pedido audiencia al papa Francisco, sin embargo, no fue posible porque el pontífice no recibe jefes de gobierno que se encuentran en campaña electoral. Parolin argumentó que “las declaraciones posteriores no tuvieron nada que ver con ello”.