En una misiva escrita con su puño y letra, el Pontífice manifestó su cercanía a las comunidades de las villas del Gran Buenos Aíres por la muerte del cura villero, padre “Bachi”, considerado “un mártir de los pobres”. El papa Francisco expresó su cercanía al pueblo de Dios que vive en las llamadas villas del Gran Buenos Aires “en este momento de dolor y tristeza” ante la muerte del sacerdote Basilicio Brítez, más conocido en su comunidad como “padre Bachi”, fallecido por coronavirus.
“Rezo por el padre Bachi, por su obispo, por el pueblo fiel al que dedicó su vida, por vos y todos los curas villeros”, afirmó el Obispo de Roma. “Que Dios los bendiga y la Virgen Santa los cuide”.
En una misiva escrita con su puño y letra diminuta, papa Bergoglio dijo rezar por la comunidad de fieles. La carta estaba dirigida al obispo auxiliar de Buenos Aires y delegado para la Pastoral de las Villas y barrios de Emergencia, monseñor Gustavo Carrara.
La Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia y el equipo de Sacerdotes de Villas de Capital y Gran Buenos Aires lamentaron la muerte del padre “Bachi”, de quien aseguraron que “al igual que el Padre Carlos Mugica” fue “de alguna forma un mártir de los pobres”.
El cura villero “murió de Covid-19 por estar presente en su comunidad, dando hasta la última gota de su sangre por su pueblo”, destacaron quienes le conocieron de cerca a través de un comunicado.
“Bachi amaba a la Virgen de Caacupé, patrona de su tierra natal: el Paraguay. Bachi nació en Villa Rica en 1968. Vino a la Argentina en 1971 junto a su padre -zapatero- y su madre -empleada doméstica- y se instaló con su familia en una villa cerca de las Barrancas de Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires”.
Asimismo recordaron que “durante la última dictadura militar esa villa de las Barrancas de Belgrano fue erradicada y así Bachi se fue a vivir con su familia a Villa Palito, en San Justo, el barrio que amó y por el cual luchó para que fuera urbanizado, donde realizó la enorme tarea de establecer el Hogar de Cristo, lo que sin duda lo convirtió en uno de los santos de la pastoral villera”.
Sus amigos y conocidos lo recordaron como un hombre de Dios “amigable”, disponible para todo el que lo necesitara y confirmaron que “estaba enfermo de Covid-19, agravado por sus enfermedades de base”. “Gracias, Bachi, por unirnos hasta el final en este mundo que, para vos, ya es eternidad junto al Padre. Querido samaritano, que la Virgen de Caacupé te reciba y abrace en tu nueva casa donde todo es luz”.
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“Padre Jorge” en las Villas
Francisco desde hace mucho tiempo ha estado cerca de la realidad del trabajo pastoral de padre Bachi, incluso en la primera semana de julio, había enviado un video-mensaje para pedir su recuperación, junto con la de otros dos sacerdotes enfermos: “Pienso principalmente en el padre Bachi, el pionero de Villa Palito, y que después fue a San Petesburgo, Puerta de Hierro, todos esos barrios a los cuales él dedica su vida. Él en este momento la está peleando, la está peleando”.
“Padre Jorge” conocido así entre la población de las villas, se cocinaba solo y tenía un teléfono en su habitación solo para recibir las llamadas de auxilio de sus sacerdotes comprometidos en trabajos sociales y pastorales en los llamados barrios populares y en las villas del Gran Buenos Aires.