La COVID afecta a jóvenes a nivel cardiaco, incluso a asintomáticos.
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En España ya estamos en la segunda oleada del coronavirus que tantas muertes está causando en el mundo. Esta pandemia nos obliga no solo a repasar todo lo aprendido hasta ahora, sino a actualizarnos día a día con todo lo nuevo que va saliendo. Por eso hoy me gustaría centrarme en las repercusiones cardiovasculares que ocasiona este fatídico virus que no nos da tregua.
Recientemente un artículo alemán publicado en la prestigiosa revista JAMA muestra que incluso el 78% de los pacientes jóvenes y sanos (con una edad media de 49 años) que pasaron la enfermedad presentaban algún tipo de alteración del músculo cardíaco. Su capacidad de bombear sangre había disminuido, pudiendo causar insuficiencia cardiaca en personas que ya tengan alguna patología del corazón, o tengan una edad avanzada.
En otra investigación se vio que el 61% de las autopsias a pacientes que fallecieron por COVID-19 tenían virus en el corazón. Además, a un 20% de los pacientes graves ingresados por COVID se les observó miocarditis, o pericarditis mediante ecografía y una elevación de troponina ultrasensible, lo que indica un daño cardiaco.
También se ha visto que pacientes con patologías crónicas tienen mayores complicaciones y sufren más las consecuencias de este patógeno. Por eso, se considera pacientes de alto riesgo aquellos que padezcan hipertensión arterial (HTA), alguna enfermedad coronaria u otras alteraciones cardiovasculares.
Así, los pacientes con varias enfermedades, varones, obesos, diabéticos, de edad avanzada y antecedentes de problemas cardiovasculares mostraron más afectación cardiaca con marcadores inflamatorios más elevados y con una mortalidad mayor que el resto.
Por la medicación y el miedo
A todo ello se le unen las complicaciones producidas por la medicación utilizada para atacar al coronavirus: problemas de coagulación, (formación de trombos) que han ocasionando ICTUS e Infartos de corazón (IAM), y alteraciones del ritmo, bradicardias o taquicardias (pulso enlentencido o acelerado).
Por otro lado se han visto un 40% menos de infartos en las unidades de cardiología, y un descenso mucho mayor de consultas por dolor torácico en las urgencias debido al miedo al contagio o por no usar recursos sanitarios para cedérselos a los pacientes con COVID. Eso nos preocupa mucho dado que en un futuro veremos muchos infartos evolucionados con complicaciones posteriores.
Cada vez tenemos más pacientes que han superado la enfermedad, algunos en poco tiempo, otros han precisado hasta 3 o 5 meses de ingreso en UCI. Las consecuencias de esa inflamación prolongada no se han hecho esperar, y el aumento de problemas renales, cardíacos y neurológicos son ya patentes.
Cualquier infección, incluida la provocada por la COVID, produce una sobrecarga en el corazón, y eso a pacientes con un corazón envejecido o con patología de insuficiencia cardiaca desencadena una congestión cardiaca y una acumulación de líquidos. Eso podría conllevar derrame pulmonar y mayor dificultad respiratoria, aumentando la dificultad respiratoria ya causada por el propio virus.
El riesgo de padecer enfermedades cardíacas es 4 veces mayor en las personas que han tenido neumonía, y esa probabilidad aumenta 1,5 en los siguientes 9 años.
Todavía necesitamos más estudios a largo plazo para saber que secuelas tendrán estos pacientes y si son o no permanentes.
Atención deportistas
Por ahora los cardiólogos y médicos del deporte aconsejan prudencia a la hora de entrenar a deportistas y tomárselo con más calma, bajando la actividad en caso de infección, y reiniciar la actividad deportiva con precaución y seguimiento médico y siempre consultar ante problemas o molestias.
Es muy común en deportistas que han estado confinados varios meses y no han hecho ejercicio en sus casas que a la hora de recuperar su actividad habitual no puedan hacerlo y noten mucho cansancio. La actividad debe recuperarse poco a poco y ser progresivamente según tolerancia.
5 consejos para cuidar el corazón durante la pandemia
Por todo ello, como médico me gustaría aconsejarles que cuiden su corazón lo mejor posible. Espero que puedan aplicar estas cinco recomendaciones indispensables para su salud cardiovascular:
1Protegerse
Evitar en todo lo posible coger la infección, seas o no una persona de riesgo.
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2Cuidados médicos
No dejar de tomar la medicación en caso de padecer HTA, diabetes u otras patologías cardiaca. Consultar regularmente con el médico o cardiólogo, aunque sea telefónicamente.
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3Actividad física
Realizar con regularidad alguna actividad física adecuado a la edad, siendo progresiva y constante. Incorporar poco a poco pequeños incrementos que permitan al corazón estar en forma. Si se ha pasado el virus, es importante tener cuidado y un seguimiento médico.
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4Dieta equilibrada
Seguir una dieta equilibrada con la ingesta diaria de frutas y verduras. El sobrepeso perjudica al corazón, pero también empeora el pronóstico de la evolución de la COVID.
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5Dormir
Guardar un buen descanso, durmiendo entre 7 y 8 horas. Mantener una buen higiene de sueño para evitar el estrés y ayudar a que nuestro corazón se recupere.
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