El proyecto de ley fue retirado por defecto de forma, pero volverá a tramitarse, aunque 7 de cada 10 mexicanos está en contra de legalizar el aborto
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Esta semana que concluye, México estuvo plagado de malas noticias: el Producto Interno Bruto del país tuvo una caída histórica de 17,3 por ciento; se dio a conocer que ya es el tercer país con mayor número de muertes por coronavirus en el mundo (solamente detrás de Estados Unidos y Brasil) y que la violencia ha alcanzado niveles nunca vistos.
Solamente una buena noticia alegró el atribulado corazón de los católicos mexicanos (según el último censo, 82 por ciento de la población total del país): el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que rechaza, por el momento, un proyecto que ponía en riesgo la protección jurídica del no nacido.
En un fallo mayoritario, los ministros de la Primera Sala desecharon el proyecto presentado por el ministro Juan Luis González Alcántara y, con ello, no se vio afectada la normatividad del Estado de Veracruz sobre el aborto, ni tampoco se sentó un precedente que hubiera podido conducir a afectar en otras entidades.
Durante la sesión no se discutió ni argumentó el fondo de las reformas. Esto implica que los ministros no llegaron a posicionarse acerca de la despenalización del aborto en el Estado, sino que rechazaron estudiar el fondo de las reformas por considerar que el proyecto de sentencia no cumple con los requisitos de procedimiento.
Esto tiene dos vertientes: la primera, que el tema de la despenalización del aborto y su legalización hasta las 12 semanas de gestación sigue en la agenda de grupos que lo promueven en todo el país, y la segunda, que en cualquier momento podría reponerse la forma o el procedimiento del amparo y turnarlo de nuevo a la SCJN.
Un alivio coyuntural
El proyecto podrá será retomado por otro miembro de la Corte (ya no podría ser el ministro González Alcántara), quien deberá redactarlo nuevamente de modo que cumpla con los requisitos de forma y la SCJN evalúe el fondo de las reformas presentadas. El nuevo proyecto será discutido posteriormente.
Sin embargo, se entiende éste como un precedente favorable a la protección de la vida desde el momento de la concepción porque en México el rechazo al aborto es un tema de mayorías. Según una encuesta de la empresa Parametría, siete de cada diez mexicanos están en desacuerdo de que una mujer pueda abortar sin ser penalizada.
Por lo demás, la Iglesia mexicana se congratuló de que se hubiese desechado el proyecto del ministro González Alcántara porque, de haber pasado, podría haber sentado un precedente en otras entidades del país que han legislado en sus congresos locales a favor de la protección de la vida del no nacido.
“Si bien, nos produce un alivio el que esta coyuntura haya concluido de esta forma, reiteramos que el bien auténtico de la mujer, antes y después de nacer, es la vida y no la muerte”, dijeron los obispos mexicanos en un comunicado inmediatamente después de que se conoció la decisión de la Primera Sala de la SCJN.
Y más adelante señalaron: “En este momento de la historia de nuestro país, ante los graves desafíos que vivimos, es necesario renovar el aprecio incondicional de la vida humana, y recuperar la confianza en que la solidaridad puede salir al encuentro de cualquier carencia, de modo que la cultura de la vida pueda permear en todo nuestro país”.