Muchas otras cosas hizo allí Jesús, además de resucitar a Lázaro
El evangelista Juan evoca con mucha precisión la ciudad bíblica de Betania: «muy cerca de Jerusalén, a una distancia de quince estadios (es decir, aproximadamente media hora de caminata)» (Jn 11, 18). Hoy ese camino directo es impracticable, a causa del muro que rodea los territorios palestinos, y para acceder hay que dar una vuelta más larga.
Según el relato evangélico, parece sobre todo que Betania era la aldea de los amigos de Jesús, Lázaro y sus dos hermanas, Marta y María. Probablemente se trataba de una familia judía acomodada, propietaria de terrenos y bien considerada en Jerusalén.