Winnie Mutuku, Hija de la Caridad de San Vicente de Paul, se ha dedicado a rescatar a los adolescentes de la calle durante la pandemia
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Cuando se entera de la introducción del toque de queda a fines de marzo, la hermana Winnie Mutuku está preocupada por sus “hijos”, aquellos que no tienen hogar y a quienes ha llevado a rescatarlos proporcionándoles comidas y medios para su educación.
Con el paso de los meses, forjó pacientemente vínculos bastante estrechos con estos jóvenes, gracias a la asociación Upendo Street Children (USC), creada por las Hermanas de San Vicente de Paul, de la cual es miembro.
¿Qué será de estos adolescentes de 16 a 18 años, que generalmente viven en las calles de Kitale, una ciudad de poco más de 100.000 personas en el este de Kenia? En caso de emergencia, la hermana Winnie Mutuku se reúne con sus familias y les pide que los acojan de regreso durante la pandemia. Dos tercios son bienvenidos de alguna manera. Pero quedan diez, que deben esconderse por la noche en el bosque…
Visitas a familias, distribución de alimentos…
En el punto álgido de la crisis, la hermana Winnie se adapta: con una máscara en la cara, visita a las familias, les trae comida, trata de reconciliar a padres e hijos. En la calle, mantiene contacto, distribuye comidas tres veces por semana, se encarga de la reintegración y la formación profesional de los niños. Pequeños pasos esenciales mientras se espera el final de la pandemia.
Sorprendida, recibe la condecoración con humildad
Al enterarse por teléfono de que está en la lista de destinatarios de la condecoraciones creada el 1 de junio de 2020 para honrar a los kenianos que “han demostrado un servicio ejemplar (…), un alto sentido del deber cívico”, la hermana Winnie está aturdida.
Según ella expresó al sitio católico de noticias Aciafrique: “Fue totalmente inesperado. No hacemos nada especial en las calles con los niños. Todo lo que hago como Hija de la Caridad no merece ningún reconocimiento estatal. Me sorprendió mucho quién dio mi nombre al gobierno. La respuesta no importa. Con pandemia o sin ella, la caridad permanece”.