Katerina Sakellaropoulou, se puso en contacto con el Pontífice
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La presidenta de la República Helénica, Katerina Sakellaropoulou, se puso en contacto este lunes 20 de julio con el papa Francisco en relación con la decisión de las autoridades turcas de convertir la Basílica de Santa Sofía en una mezquita.
Katerina Sakellaropoulou subrayó que esta decisión afligía profundamente a quienes creen que este símbolo del cristianismo pertenece a la humanidad y al patrimonio cultural mundial y aleja a Turquía de los valores del laicismo y de los principios de la tolerancia y el pluralismo, informó OrthodoxTimes.
Esta acción, subrayó, no es un asunto interno de Turquía sino una cuestión más amplia que debe ser condenada explícita e inequívocamente por la comunidad internacional.
El Presidente griego agradeció al Papa por sus declaraciones de apoyo y le invitó, a su vez, que utilizara toda su influencia para sensibilizar a la opinión pública internacional a fin de que los líderes turcos reviertan su decisión y restablezcan el estatuto de Santa Sofía como monumento protegido y sea considerado patrimonio de la Humanidad.
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Fuentes griegas, afirman que Francisco estuvo de acuerdo con varias de las observaciones de Sakellaropoulou y prometió continuar sus esfuerzos, como parte de su papel como pastor universal de la Iglesia, para revertir la decisión.
El Presidente invitó al Papa Francisco a visitar Grecia en 2021, año en que se celebrará el bicentenario de la Revolución Griega de 1821.
La Santa Sede no ha confirmado que el Obispo de Roma haya aceptado la invitación. Francisco canceló su viaje a Malta, país del mediterráneo, debido a la pandemia, y la agenda de visitas apostólicas ha quedado parada hasta que las condiciones lo permitan.
Francisco también elogió los esfuerzos de Grecia en la recepción de refugiados e inmigrantes, como tuvo la oportunidad de comprobar durante su visita a Lesbos en 2016.
Cabe destacar que la Basílica de Santa Sofia en Estambul, no era ni cristiana, ni musulmana. Debido a sus características y su historia, es considerada una extraordinaria obra arquitectónica que recuerda la rica espiritualidad de todos los pueblos monoteístas.
En efecto, el gobierno turco promulgó un decreto para reconvertir en mezquita a Santa Sofía que es un museo desde 1935 y forma parte del Patrimonio Mundial desde 1985.
La UNESCO recordó recientemente al Gobierno de Turquía que la inscripción en esa lista conlleva una serie de compromisos y obligaciones legales.
La belleza de la Basílica de Santa Sofia la convirtió en el icono del imperio bizantino, pero la caída de Constantinopla en 1453 frente a los otomanos cambió su destino y la convirtió en la principal mezquita de la época de esa ciudad, rebautizada entonces como Estambul.
El monumento con su enorme domo sólo pudo ser replicado un milenio más tarde cuando se edificó en Roma la basílica de San Pedro. La UNESCO al considerar la Basílica patrimonio de la humanidad reitera su fuerte relación con el cristianismo y el islam.
En sus primeros nueve siglos de existencia sirvió como catedral de la iglesia ortodoxa oriental, con un breve periodo en el que fue católica.