El confinamiento es un estado de ánimo: Ellos también estuvieron solos

Hecho en casa es un proyecto colectivo. En el primer cortometraje, dirigido por Ladj Ly en Francia, vemos a un muchacho que utiliza un dron con cámara para asomarse al mundo exterior, ese entramado de calles por las que no se puede mover porque permanece en cuarentena: desde la pantalla verá pisos de protección oficial, aceras y pavimentos vacíos y algunas colas de personas que esperan para comprar, usan mascarillas y mantienen la distancia social entre ellas. Es un vistazo a un nuevo mundo, aterrador, por el que todos hemos pasado: que hemos visto desde nuestras ventanas, o en los noticiarios, o en los primeros paseos cuando nos permitieron salir un rato.

En el segundo corto, dirigido por Paolo Sorrentino con su habitual mezcla de respeto y socarronería, los protagonistas son dos muñecos o figuras que representan al Papa y a la Reina Isabel II, y ella dice: El confinamiento es un estado de ánimo, al referirse a que en el fondo da lo mismo si habitas un piso pequeño o una mansión durante el encierro porque la falta de libertad es la misma. Sorrentino las muestra como dos celebridades siempre sometidas a otro tipo de enclaustramiento. Dos celebridades que mantienen amistad durante sus charlas en la historia urdida por el director.

Esas dos primeras propuestas ya marcan el camino de Homemade, o Hecho en casa, un proyecto auspiciado por Pablo Larraín que consistió en brindarles a varios cineastas la oportunidad de rodar cortos en sus casas durante los meses de confinamiento. Muchos de ellos sólo han rodado alguna película, o algunos episodios de televisión, y esta oportunidad supone su carta de presentación. Otros, en cambio, como el citado Sorrentino, son veteranos.

Galería fotográfica

El proyecto consiste en 17 cortos, la mayoría de ellos notables, y con tres o cuatro joyas dignas de figurar en cualquier antología de mejores piezas breves de los últimos años. Resulta fascinante comprobar cómo el ser humano, cuando es creativo, se desenvuelve con pocos medios a su alcance (la cámara del móvil, las calles de su barrio, su propia casa, en muchos casos la familia como protagonista de la historia…), y transforma esas escasas herramientas en piezas donde brillan el ingenio y la imaginación.

En Homemade hay cabida para toda clase de propuestas. Desde las emotivas, emocionantes, misivas que Rachel Morrison y Johnny Ma dirigen a sus hijos y a su madre, respectivamente, hasta la comedia que se monta Pablo Larraín a través de una serie de videollamadas, pasando por el estado anímico de una actriz (Kristen Stewart) que no logra conciliar el sueño y que se desespera entre el lecho y el balcón, sin olvidarnos de cómo Gurinder Chadha (cuya película Quiero ser como Beckham tanto impactó en su día) cede la palabra a sus hijos y convierte el corto en un homenaje a la familia y en un relato de optimismo diario mientras honran a los que se han ido para siempre.

Algunos pudieron recurrir a la familia porque vivían con sus maridos o con sus mujeres o con sus hijos, pero otros estaban totalmente solos. Es el caso del alemán Sebastian Schipper, capaz de filmarse con distintos peinados para que parezca que, de él mismo, van surgiendo clones con los que cenar y hacerse compañía durante tantas horas interminables de soledad.

Caso contrario es el de la actriz Maggie Gyllenhaal, que aquí debuta tras la cámara dirigiendo a Peter Sarsgaard en una variante en clave de ciencia ficción de la pandemia, y que se nota que contó con muchos medios técnicos a su alcance.

Es notable, también, cómo el cineasta David Mackenzie (al que recordamos por Comanchería y Perfect Sense) ha filmado a sus hijos en sus rutinas diarias, alternando entre los deberes, el aburrimiento y el ingenio. Los cortos en los que se homenajea a la propia familia mientras se les habla de resiliencia y de afrontar unidos lo que vendrá, tal vez sean los más sobresalientes, los más destacables, los que más nos conmueven, en algún caso quizá hasta las lágrimas porque hemos vivido lo que cuentan.

Aunque haya tres o cuatro piezas que nos parezcan menores, Hecho en casa es tan necesaria como estimulante. El último corto también es magistral. Mientras la directora Ana Lily Amirpour sale en bicicleta, provista de mascarilla, a recorrer las calles vacías y de atmósfera apocalíptica de Los Ángeles, la actriz Cate Blanchett ejerce como narradora de ese viaje silencioso por la ciudad durante la cuarentena, y sus palabras finales nos sonarán en la cabeza una y otra vez horas después de haber visto la película completa, justo cuando dice: ¿Cuentas las cosas que has perdido? ¿O las que te quedan? Es una manera perfecta de resumir las perspectivas que podemos adoptar tras esta pandemia.