Una leyenda del boxeo mundial que suele expresar una sólida confianza en Dios en los momentos más difíciles de su vida Le dicen “El Cholo” o “Mano de Piedra”, pero su nombre es Roberto Carlos Durán, el panameño (nacido el 16 de junio de 1951) que fuera cuatro veces campeón mundial del boxeo, leyenda viva del deporte y considerado el mejor peso ligero de todos los tiempos.
En las últimas horas Durán se convirtió en noticia debido a que luego de intensos días internado en una clínica logró salir victorioso. Su gran triunfo, o mejor dijo su gran nocaut (KO) – como se conoce al golpe de gracia en el boxeo que deja a alguien fuera de combate- fue contra el coronavirus.
“Qué Dios los bendiga a todos ustedes porque soy demasiado católico, gracias por poner el empeño de salvar mi vida”, expresó en medio de la alegría y ovación durante su salida de la clínica en Panamá con mascarilla sobre una silla de ruedas.
Luego, profundizó en su agradecimiento a través de las redes sociales:
“Hoy, con el favor de Dios, regresé a casa después de batallar contra el virus COVID-19.
Fue una pelea de Campeonato Mundial, que pude ganar en equipo, con el apoyo, cariño y dedicación de un cuerpo médico, que no solamente cuidó de mi persona, sino de todos los pacientes, que cómo yo, peleábamos en el hospital contra este virus, que no conoce de leyendas, títulos mundiales, estatus social, raza, religión, etc…
A todas esas personas que siguen en la pelea, les mando mucha fuerza y mis oraciones, a sus familiares para que no pierdan sus esperanzas y sepan que Dios tiene el control. A todos mis fanáticos alrededor del Mundo, les doy las gracias por orar por mi y por todos sus mensajes de aliento. No me cansaré de darles las gracias a todos los doctores, enfermeros/as, que día a día dan lo mejor de si, sin importar el riesgo que toman. Yo seré un ex Campeón Mundial, pero ustedes son los verdaderos CAMPEONES DE LA VIDA”.
Durán, dentro del grupo de riesgo por tener 69 años, había sido ingresado al hospital hace más de una semana luego de que comenzara con síntomas del COVID-19. En Panamá, la pandemia ha dejado de momento más de 30.000 casos confirmados y más de 600 personas fallecidas.
“Escapadita” a Luján
A nivel deportivo, luego de muchas ideas y vueltas, Durán colgó los guantes en 2002 cuando tenía 50 años. Pero durante su vida ha sido un hombre encargado de no ocultar su fe, en particular luego de sobrevivir a un accidente de tránsito en octubre de 2001, hecho que le cambió la vida y que le tomó bastante tiempo de recuperación.
“Me retiro por respeto a mis hijos y al pueblo panameño. Siempre expresé que quería morir sobre el ring, pero Dios quiso que siguiera vivo y me mandó un aviso”, había expresado cuando dijo basta, tal cual publicaron medios como La Nación en aquel momento.
El mismo medio argentino afirma que en 1997 llegó a aquel país para enfrentarse a Jorge Fernando “Locomotora” Castro, pero su vínculo con el país se había remontado a algunos años atrás. Incluso, recuerda el medio, en ese país como “devoto católico, no perdió ocasión de escaparse hasta Luján a visitar a la Virgen”.
Pasaron los años y su vida tampoco estuvo exenta de algunas “extravagancias”. Hoy Durán sigue peleando, a otro nivel, y su pesada mano –a pesar de haber sido el “rey” de los ligeros- se sigue fortaleciendo con la ayuda de Dios, tal cual él mismo se encarga de reconocer.
“Viejo es el viento y aún sigue soplando”, frase –hasta con toque de inspiración- que supo decir y que parece seguir cobrando mucha actualidad.
¡Salud campeón!
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