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En la fiesta de la Santísima Trinidad, el papa Francisco reflexionó en el Angelus sobre el Evangelio de Juan que muestra el misterio del amor de Dios al mundo.
Y aseguró que a través de los sacramentos y la escucha de la Palabra, permanecemos en relación continua con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
“La fe es acoger a Dios-Amor que se entrega en Cristo, dejarnos encontrar por Él y confiar en Él”, afirmó el Papa:
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único» (v. 16). Estas palabras indican que la acción de las tres Personas divinas – Padre, Hijo y Espíritu Santo – es todo un plan de amor que salva a la humanidad y al mundo”.
La Trinidad es amor al servicio del mundo
El Obispo de Roma constató que el mundo está “marcado por la maldad y la corrupción” y, sin embargo, lo ama “pesar de sus pecados”.
Nos ama “a cada uno de nosotros incluso cuando cometemos errores y nos distanciamos de Él”.
Dios Padre ama tanto al mundo que, para salvarlo, da lo más precioso que tiene: su único Hijo, que da su vida por la humanidad, resucita, vuelve al Padre y, junto con Él, envía el Espíritu Santo.
La Trinidad es por lo tanto Amor, amor completamente al servicio del mundo, al que quiere salvar y reconstruir.
La medida sin medida del amor de Dios
En la fiesta de la Santísima Trinidad, el Papa exhorta a dejarnos fascinar por la “belleza” y la “bondad” de Dios:
Queridos hermanos y hermanas, la fiesta de hoy nos invita a dejarnos fascinar una vez más por la belleza de Dios; belleza, bondad e inagotable verdad.
Pero también humilde, cercana, que se hizo carne para entrar en nuestra vida, en nuestra historia, para que cada hombre y mujer pueda encontrarla y obtener la vida eterna.
Los sacramentos y la Palabra camino para vivir nuestra fe
A través de los sacramentos y de la Palabra vivimos nuestra fe y el “Espíritu Santo nos da la gracia de Dios” recuerda Francisco y agrega:
A través de los sacramentos podemos permanecer en una relación continua con las Personas divinas.
Los sacramentos nos animan a dar testimonio de la caridad evangélica, nos sostienen en el esfuerzo de vivir en la unidad y en la paz, para que todo sea para la gloria de la Santísima Trinidad, de Dios-Amor.
Que María nos ayude a acoger con el corazón abierto el amor de Dios
Finalmente, el Papa eleva su oración a la Madre de Dios, para que Ella, “morada de la Trinidad”, “nos ayude a acoger con un corazón abierto el amor de Dios, que nos llena de alegría y da sentido a nuestro camino en este mundo, orientándolo siempre hacia la meta que es el Cielo”.